Jorge Daniel Silva (43), ganador N°73 del Programa IPLyC Social Inclusivo, tiene problemas de baja visión, y se le dificulta acudir a la letrina ubicada en el fondo de su casa de Montecarlo.
El beneficiado se radicó en la zona del Alto Paraná, hace unos seis años, pero recibió al equipo de IPLyC Social en casa de su madre, en el barrio A 3-2, de Posadas.
Manifestó que “no tenía idea que iba a salir sorteado. Mi hermano llamó y me dijo que me estaban buscando, que habían venido a casa de mamá, y no lo podía creer. Me sentí muy contento, feliz, no sabía qué hacer de emoción, es que mucha falta me estaba haciendo este premio, que me llega en un buen momento”.
Silva tiene problemas de baja visión a raíz de la atrofia del nervio óptico, y desde los 14 años, comenzó a ser progresivo. “Los oftalmólogos me dijeron que cada vez voy a ver menos, y eso es lo que siento, lo que me está pasando, tengo dificultades y las siento. Un hermano y una hermana sufren el mismo problema. Pudo haber ser heredado de los abuelos, que sea algo genético”, agregó.
Admitió que “puedo hacer determinadas cosas, pero, por lo general, tengo que ir acompañado por una persona que ve. Cuando voy a la terminal, por ejemplo, no distingo el número del colectivo, y por lo general, pasa de largo”.
Silva contó que, de todos modos, trata de hacer cosas “para no quedarme». En ocasiones llevo mercaderías desde acá, para venderlas en Montecarlo. Cuando estaba en mejores condiciones, solía ir a las obras con mi hermano que se dedica a la albañilería, pero después me dijo que era riesgoso hacerlo”.
Usará el dinero del cheque para construir un baño instalado en el lugar donde está viviendo. “Es que ahora tengo letrina, pero se me dificulta mucho llegar. Me queda lejos y es peligroso.
Pensaba hacer uno de material con un poco de comodidad. Esto me viene muy bien, estoy contento y agradecido. Si me sobra, quiero comprar un lavarropas común porque lavo en una pileta. Tengo una pensión, pero no alcanza”, contó, y celebró que el IPLyC SE “siempre ayuda y ojalá lo siga haciendo porque somos muchos los necesitados, sobre todo en el interior de la provincia”.
Confió que todavía no utiliza el bastón verde, de baja visión, pero que “salgo muy poco, y si lo hago, siempre trato de estar acompañado. Mi familia siempre estuvo, mi mamá y mis hermanos siempre me apoyaron, me ayudan, estoy muy agradecido a ellos”.
Pidió a la sociedad que sea más solidaria. “Que tome conciencia, que se pueden mejorar muchas cosas, que no nos ignoren cuando tratamos de pasar la calle porque muchas veces no son capaces de ayudarte, o que te orienten cuando estás en la parada y no podés distinguir el número del urbano”, sintetizó.