Según datos brindados por el Ministerio de Turismo de la provincia, el promedio total de ocupación de alojamiento fue del 78,10%, con una estadía promedio de 5,1 noches. Los municipios registraron un buen movimiento en diferentes momentos del verano. San Ignacio tuvo un pico máximo del 93% en la segunda quincena de enero, siguiéndole Puerto Iguazú, con un 84% en la primera quincena el mismo mes.
El feriado largo de Carnaval, en febrero, logró generar un flujo turístico importante, equilibrando así los porcentajes de la temporada 2020.
La cantidad de arribos llegó a los 406.482, las pernoctaciones a 1.144.134, mientras que el gasto turístico diario por visitante fue de $1599,9, lo que hace un total de $1.572.037.735.
El titular del área, José María Arrúa, consideró que “los esfuerzos que venimos haciendo entre todos los actores de esta actividad dan sus frutos. Es resultado de gestionar en el sector, trabajando en conjunto, aplicando estrategias que promuevan alargar las estadías, aumentar las escapadas para que más misioneros conozcan su provincia, recibir más visitantes extranjeros. Buscamos que Misiones fortalezca su posición en el mapa de destinos regional e internacional”.
En cuanto al perfil del turista, el 88% es de origen nacional, el 7% extranjero y el 5%, regional. De esa masa, el 89% vino a la tierra colorada por vacaciones, ocio; el 9,2% de visita a familiares o amigos, el 0,8% por trabajo/negocios; el 0,6% por compras (bienes); el 0,3% por estudios y formación; y el 0,1% responde a motivos religiosos.
También se registró que las cabañas fueron las más elegidas (35,1%) a la hora de pensar en el alojamiento, seguidas por el hotel (18,3%); camping (15,7%); casa de amigos (10%); hostería (8,5%), otros.
Es importante destacar que la naturaleza fue el diferencial en la elección de los turistas, seguida por el turismo aventura y la observación de flora y fauna.
El 99,4% de la población consultada respondió que volvería a visitar el destino, cumpliendo así con uno de los principales propósitos de la gestión: que no sólo cada vez más misioneros conozcan y recorran su provincia, sino también que turistas de otros orígenes se conviertan en destacados promotores, inviten a otros a conocerla y quieran volver. No hay mejor promoción que contar la experiencia propia.