Los cultivos de maíz, soja y algodón del centro y norte de Santa Fe comenzaron esta semana a manifestar «impacto y secuelas» a causa de las altas temperaturas y la falta de precipitaciones, lo que repercute en la «alta demanda de agua útil de los suelos», alertaron hoy voceros del sector.
Según el informe semanal que confeccionan el Ministerio de la Producción de la provincia y la Bolsa de Comercio de Santa Fe, la situación más preocupante se dio en los cultivares de maíz temprano, ya que entre el 40 y el 42% de los lotes «se encontraron con secuelas e impactos en el período crítico de floración y fructificación».
«Hasta la fecha el déficit hídrico fue importante como consecuencia de las altas temperaturas diarias y la ausencia de lluvias, por lo cual con el transcurso de los días se incrementó el amarillamiento y marchitamiento de las hojas basales, el cambio de la intensidad de la coloración de las plantas y su mortandad, afectando también, el llenado de los granos», indica el trabajo.
Por esa razón, los productores de la denominada cuenca lechera «aceleraron las definiciones de las tareas de acuerdo al estado de los maizales, observándose el movimiento de equipos para el picado/embolsado».
Hasta ahora los rendimientos obtenidos fueron dispares y no sólo se alteró la cantidad del producto sino también su calidad, por lo cual «se acentuó la variación de las expectativas de los logros de los futuros rindes».
El cultivo de algodón no estuvo ajeno a las condiciones ambientales de la semana, ya que en los distintos lotes se observó el estrés hídrico y térmico.
Como consecuencia de ese escenario no se concretaron las aplicaciones de herbicidas para el control de las malezas ni las de los reguladores de crecimiento, pero siguieron siendo exhaustivos los monitoreos de las trampas para la principal plaga del cultivo, el picudo algodonero.
En tanto, los cultivos de soja de primera también se vieron resentidos, con limitaciones en el crecimiento, amarillamiento o marchitamiento de hojas y, en lotes puntuales, la pérdida de plantas por mortandad.
En cuanto a la soja de segunda, esta semana se llegó al 97% de siembra sobre una intención total para la presente campaña de 550.000 hectáreas, aunque la actividad estuvo muy restringida ante la disminución del agua útil en la cama de siembra.
Los primeros lotes germinados mostraron buena emergencia y crecimiento y ya se realizaron aplicaciones de herbicidas post-emergente, en tanto que el monitoreo semanal ya mostró muerte de plantas por estrés.
En el caso del girasol, que continúa con el proceso de cosecha, los rendimientos obtenidos hasta el momento fluctuaron entre valores mínimos de 12 a 14 quintales por hectárea y máximos de entre 30 a 32 quintales, con lotes puntuales de 34 quintales, que fueron calificados como «interesantes, buenos a muy buenos» por los productores.