San Ignacio: «Es inhumano vivir sin agua potable y sin luz», afirman unas 200 familias del barrio Progreso 2

En el barrio Progreso 2 de San Ignacio viven cerca de 200 familias en un terreno loteado por la Municipalidad, con permiso de ocupación, padecen la falta de servicios básicos como agua potable y suministro de energía eléctrica. A cien metros del barrio está el cableado de alta tensión.

A pesar de los reclamos y una movilización que hicieron en enero de este año, están en una situación que denominan «inhumana»: con niños y niñas, mujeres embarazadas, adultos mayores, y varias personas con problemas de salud y discapacidad.

Por esa preocupación, un grupo de familias convocó a una reunión al diputado Martín Sereno (Bloque Tierra,Techo y Trabajo), quien ante sus condiciones de vida comenzó a gestionar con los organismos pertinentes para resolver el problema.

«Estuvimos en el barrio y cuesta creer que en la zona urbana de una localidad turística como San Ignacio haya familias que sufren esta falta de derechos esenciales».

El legislador habló con autoridades del Municipio, y con la Empresa de Energía de Misiones. El intendente Javier Peralta (FR) se comprometió en avanzar para resolver la provisión del servicio de agua potable a través del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enohsa), y la ampliación de la red a cargo de la Cooperativa Agua Potable San Ignacio. Del mismo modo hubo respuesta de la Empresa de Energía de Misiones en solucionar con el Plan de Regularización del Servicio Eléctrico.

«Con esta empresa las familias llevan meses de trámites, en febrero les pidieron que compren cables y construyan los pilares para hacer la conexión eléctrica. Más del 90% de los vecinos lo hicieron; pero la empresa no sólo no cumplió, sino que se llevaron los cables comprados con mucho esfuerzo. No vamos a descansar hasta que garanticen los servicios esenciales a estas familias», expresó el precandidato a diputado nacional por la Lista Tierra, Techo y Trabajo del Frente de Todos.

El peligro de convivir con conexiones irregulares

A medida que se recorre el barrio Progreso 2 se respira desolación, porque tanto en verano como en invierno las familias viven con la carencia de luz y agua potable.

«Es una problemática muy importante en nuestro barrio. La conexión eléctrica nos prometieron hace mucho tiempo, y como Emsa no cumplió, nos vimos obligadas a ´engancharnos` y es un peligro enorme, sobre todo por los chicos del barrio que se pueden electrocutar», advirtió Alfreda Verdún.

Agregó que ya ocurrió cuando se cayó un cable, y se dieron cuenta de que la tierra estaba electrificada cuando pasó un perro y quedó electrocutado. «Eso le puede pasar con una criatura o una persona grande, y es por la irresponsabilidad de los funcionarios que no permiten que tengamos una buena conexión», reclamó.

La unión de los vecinos y vecinas permitió que gestionaran y compraran los cables; pero al cabo de ocho meses, más de 200 familias siguen esperando soluciones.

«Sin luz ni agua no podemos tener alimentos frescos»

En el barrio Progreso 2 habitan chicos discapacitados, con problemas pulmonares, con desnutrición y sin derechos humanos fundamentales.

«La gente de la Municipalidad desde que se hizo el loteo, no vinieron más», lamentó la mujer.  Además, «el problema de la falta de suministro eléctrico afecta a la carne y a los alimentos que tenemos en la heladera porque el cableado no da abasto. Imagínense que en el barrio hay personas que venden hielo para poder ganarse su comida diaria. Y acá hay que rebuscarse para comer», indicó Romina Balbuena.

Solicitaron ayuda a César Ramírez, de Acción Social de la Municipalidad con la provisión de mercaderías para los que se quedaron sin trabajo en la pandemia.

«Por ejemplo, pedimos que se ocupe de darle una mano a una señora que le cortaron la Asignación Universal y no pudo cobrar la Tarjeta Alimentar, pero Ramírez no hizo nada. Si no fuera por el Movimiento Evita que siempre nos da una mano todos estaríamos sufriendo hambre, especialmente los chicos que por la colaboración del Evita tienen su comida, pan, leche. Estamos muy agradecidos con las militantes que ocupan de nuestro barrio», reiteraron las vecinas.

«Compramos cables y seguimos sin servicios»

Víctor Gerula, es otro de los perjudicados, explicó que, una vez hecho el loteo, el personal de Energía se comprometió a hacer el cableado en un mes y medio, una vez que estuvieran los pilares, los cables y las llaves.

«Todos nos pusimos las pilas y compramos, con mucho sacrificio porque la plata no alcanza. Con mi señora tenemos cuatro chiquitos; tuvimos que reducir comida para tener los cables; pero no sirvió para nada porque se los llevaron, sólo nos quedó el pilar. Queremos luz y agua como corresponde y pagar los servicios sin tener que «colgarnos» precariamente y sin pedir agua prestada», manifestó.

Gerula fabrica ladrillos de cemento, y señaló que es una tarea pesada en la que hay que estar todo el día para «ganar una moneda». Trabaja en el patio y al aire libre, y cuando llueve no puede producir. «Hay días que se gana bien u otros muy poco y se complica más cuando hay hijos porque tienen que comer todos los días», remarcó.

El trabajador relató que hace unos meses estuvieron en el barrio representantes de una fundación que prometieron chapas y maderas porque su techo de chapas de cartón rompiendo.

«En febrero me llamó una mujer de la fundación para avisarme que enviaron chapas e insumos a la Municipalidad, nos comunicamos y nos confirmaron. Esperamos que nos entreguen y cuando al mes volvimos a reclamar, en el municipio no respondieron que las repartieron a otras familias. ¡Son unos sinvergüenzas!», enfatizó Gerula.

«Los gobernantes no tienen en cuenta a los barrios»

La mayoría de las familias habitan los lotes del barrio Progreso 2, desde hace cuatro años. Muchos de ellas sostienen que los gobernantes «no toman conciencia de cómo vivimos en los barrios. Ellos están bien en sus casas del centro, cómodas, tienen luz, agua y creen todos estamos igual. Es como si desconociera que hay vecinos que vamos a buscar agua a otros barrios, familias con bebés donde el agua y la luz son tan fundamentales como alimentarse», subrayó.

Laura y las otras vecinas consideran que el Municipio al lotear el terreno en el barrio, abrió las calles y no se ocupó de los servicios básicos para que las familias no tengan que acudir a «colgarse» irregularmente para tener luz precariamente y buscar agua donde sea para abastecerse», se quejó la joven madre.