El dinero del Inclusivo será para comprar botas ortopédicas, manifestó Esther Glinke, mamá de William Lisandro Runge, quien resultó ganador del IPLyC Social Inclusivo durante el Sorteo N° 65 de este programa del IPLyC SE. La mujer vive junto al pequeño y a su otro hijo, Denis, ambos con Pie de Bot (anomalía congénita frecuente que afecta a los músculos y huesos de los pies), a la altura del Kilómetro 941, en la zona rural de Salto Encantado.
Con el premio “estamos felices, alegres, emocionados, agradecidos. No viene bien, nos hace mucha falta. No sabíamos que el IPLyC entregaba premios y que mediante el Certificado Único de Discapacidad (CUD) William podía salir sorteado”, dijo.
Por el Pie de Bot, el niño está en tratamiento desde hace ocho años y fue sometido a dos cirugías.
A raíz de la última, debió estar en cama durante un mes. Pero también presenta dificultades en las manos, contó la madre, al tiempo que agradeció al traumatólogo Sebastián Mórtola, que “siempre nos atiende a pesar de las restricciones de la pandemia”.
Glinke tiene el mismo problema que sus hijos y, a raíz de ello, no puede caminar lejos, tampoco estar parada durante mucho tiempo. “Fui operada en Brasil, pero como mis padres no tenían recursos, el tratamiento quedó a medio terminar. Ellos no pudieron hacer mucho por mí, pero no voy a permitir que a mis hijos les pase lo mismo, aunque tuviera que hacerle diez cirugías, para estar mejor, para no sufrir. Durante el primer embarazo el doctor no nos contó sobre la patología, para mí fue muy triste la noticia. Lloré un montón, me dolió mucho. Con los tratamientos se fue aliviando mi dolor. Y ahora estoy feliz porque ellos están mejor”.
Sostuvo que el panorama se presenta “complicado” pero que “lo estamos sobrellevando.
Estamos en plena lucha. Gracias a Dios, salimos adelante y somos felices juntos. El tratamiento de William fue con yeso hasta los seis meses, la primera cirugía fue del Talón de Aquiles, después siguieron con la férula, y cuando empezó a caminar, le pusieron botas ortopédicas, que debería estar usando, pero por cuestiones económicas no se puede”.
Con el dinero del cheque, “pensaba viajar a Posadas para conseguir esas botas, continuar el tratamiento y la rehabilitación”, confió la mujer, que diariamente acerca a sus hijos en auto hasta la Escuela N° 407, porque no pueden recorrer de a pie la distancia que separa la casa del establecimiento en el que William cursa el segundo grado. “Ya aprendió a leer. Es sociable, amable, le gusta jugar a la pelota, andar en bici, y ayudar en la casa”, acotó, orgullosa de los logros.
Lamentó que muchos chicos no los tratan bien “porque los encuentran diferentes, no pueden correr como los demás al momento de jugar a la pelota, por ejemplo, entonces se sienten excluidos de esos juegos. Por eso, pido que no se fijen en la apariencia, que los acepten como son”.
A Glinke le gustaría que sus hijos estudien, “que tengan un título, que es algo que no pude tener porque fui solo hasta sexto grado. Quiero un futuro mejor que el mío, para eso los educo con todo el amor del mundo. Los amo. Son mis tesoros, lo mejor de la vida. Los aliento a que sigan estudiando, para que puedan valerse por sí mismos, y no tengan que depender de una pensión”.
Agradeció “inmensamente” al IPLyC SE por el premio y anheló que “pueda beneficiar a muchos.
Me parece una cosa muy buena, es de mucha ayuda”.