Rosana ‘Cielo’ Linares: “la confianza es un elemento clave en los centros de apoyo”

En el Honorable Concejo Deliberante de Bernardo de Irigoyen funciona el tercer centro de apoyo pedagógico y tecnológico del municipio, ya que la demanda por estos espacios continúa en alza, la ideóloga de la iniciativa, Rosana “Cielo” Linares, subsecretaria de Educación de la provincia, asegura que “la confianza es un elemento clave en los centros de apoyo y es algo que hemos reforzado mucho con los asesores”.


Los centros de apoyo actualmente forman parte de “Volvé a la Escuela”, una línea compuesta por más de 80 centros de apoyo, 90 espacios recreativos y deportivos, 30 espacios artísticos, la iniciativa Mitaí ReCreativo, la red de acompañamiento socioeducativo en espacios comunitarios con 100 unidades de funcionamiento en 20 localidades, el programa Misiones crece con vos con 30 duplas de articuladores con alcance en 214 escuelas, entre otras acciones. Solamente durante los meses de enero y febrero, el programa registró 7.719 estudiantes asistiendo a distintos espacios, y los valores de marzo/abril serán incluso mayores por el retorno a las clases y la reactivación de las actividades escolares.

En el caso del centro de Bernardo de Irigoyen, también se puede hablar de confianza en relación a las autoridades municipales. “Cada uno de los más de 80 centros requirió reuniones con intendentes, arribar a acuerdos y puntos en común para ponerlos en marcha” detalla la subsecretaria. La demanda en el municipio era muy alta y al no contar con un espacio para las actividades del centro en horario matutino, el equipo se comunicó con el intendente Guillermo Fernández y se elevó una nota al Concejo, el cual aprobó en sesión ordinaria el uso del predio. Inmediatamente, por iniciativa del Concejo, el nuevo espacio fue acondicionado con mesas, sillas y pizarras portátiles, además de habilitarse la merienda para todos los centros del municipio y proveerlos de materiales de librería.

Inicialmente desplegados como una respuesta a la pandemia, en la fase actual se evidencian como un contrapunto extraescolar a las actividades de la escuela tradicional. Los centros brindan un fuerte apoyo y un espacio de revinculación y fortalecimiento de los aprendizajes para estudiantes que no pueden acceder a profesores particulares. Yésica Lindao, profesora de biología y asesora en dos centros de Bernardo de Irigoyen, nos cuenta que en uno de los centros que asesora trabajan trece docentes voluntarios, además de practicantes de la carrera acompañados por sus docentes. “En el centro más joven, el que lleva un mes de funcionamiento, ya se están recibiendo a 12 estudiantes en cada turno, y sabemos que van a llegar muchos más” comparte Yésica, quien aprovechó para agradecer el involucramiento de las escuelas: “las mismas docentes de los estudiantes les recomiendan que vengan a reforzar contenidos al centro”.

“Cada chico o chica que va a un centro es un sujeto de derecho, y es el rol del centro hacer todo lo posible para que pueda seguir educándose”, reflexiona Linares, “Se da un cruce de lo intersubjetivo, por la confianza, el trato, el conocer al estudiante y sus dificultades; y lo político, porque todo este vínculo está puesto al servicio de garantizar el derecho a la educación, y de vehiculizar el aprendizaje para que cada estudiante pueda recibirse y así llevar adelante su proyecto de vida con plenitud”. La profesora Lindao, al respecto, comparte que “a veces es impactante tomar una verdadera dimensión del alcance que tiene esta tarea diaria de ayudar, guiar y sostener procesos de aprendizajes, más cuando nos acercamos a toda la historia personal y escolar que hay detrás de cada estudiante”.