Desde la Subsecretaría de Gestión Estratégica de la Provincia, se llevan adelante las obras, de cara a la temporada de invierno.
A cargo de un equipo técnico, se desarrolla un plan de conservación y restauración de algunos sectores de la Reducción Jesuítica San Ignacio Miní. Las tareas consisten en la reconstrucción del muro de la capilla, instalación en una de las viviendas y el reajuste de los muros del templo y del bautisterio.
“Ya estamos próximos a una de las temporadas altas en la provincia, que es en julio, en las vacaciones de invierno, así que decidimos poner en mejores condiciones algunos espacios, prepararlos para esa cantidad de personas que se espera recibir, como todos los años”, expresó el subsecretario de Gestión Estratégica, Marcelo Surracco, mientras supervisaba las obras.
En la actualidad San Ignacio Miní es la mejor conservada de las Misiones Jesuíticas de los siglos XVI y XVII en territorio argentino. Alrededor de una plaza central se distribuyen la iglesia, la Casa de los Padres, el cementerio, las viviendas y el cabildo.
La dimensión de los trabajos ha permitido que, pese a años de deterioro, la mayor parte de los muros siga en pie.
Junto con las de Nuestra Señora de Loreto, Santa Ana y Santa María la Mayor (ubicadas en la Argentina) fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en 1984.