¿Qué es?
Es una enfermedad inflamatoria crónica, no contagiosa, que afecta la piel y las articulaciones.
Pueden tenerla tanto hombres como mujeres y generalmente comienza y se desarrolla entre los 20 y los 50 años.
Se puede tratar y controlar, pero no se cura. Puede causar dificultades y trastornos en la vida social.
¿Cuáles son las causas?
No es contagiosa y puede transmitirse de padres a hijos. Se trata de un trastorno autoinmunitario, es decir que el propio sistema inmune lo genera al responder de manera excesiva o por error, provocando inflamación y a veces destrucción del tejido corporal sano.
¿Cuáles son los síntomas?
La psoriasis se caracteriza por la aparición espontánea de lesiones rojas, con escamas blanquecinas en codos, rodillas, sacro, cuero cabelludo, y con prurito.
Las personas que tienen psoriasis pueden desarrollar una artritis psoriásica, que es una enfermedad crónica que afecta a las articulaciones causando dolor, hinchazón articular y rigidez.
Los síntomas de la artritis psoriásica son: fatiga, dolor y tumefacción en articulaciones, deformidad, rigidez por las mañanas, lumbalgia nocturna, dolor en talones o plantas de los pies, cambio en las uñas, enrojecimiento y dolor oculares, debilidad muscular, depresión.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento es integral y debe incluir un médico clínico, un dermatólogo y un psicólogo. El objetivo es suprimir las manifestaciones clínicas y retrasar lo más posibles las crisis de la psoriasis. El tratamiento adecuado puede aliviar el dolor, reducir la inflamación y evitar daños progresivos en las articulaciones.