Unas 50 familias representadas por mujeres optaron por plantarse frente al consumo problemático de estupefacientes que está destruyendo sus familias.
«Esta problemática ya nos convoca por segunda vez al barrio, el primero se realizó hace una semana con funcionarios policiales y ayer tenía como fin dialogar con la ministra de Derechos Humanos y el ministro de Adicciones, cita que no se concretó. Es relevante destacar la posición adoptada por las vecinas que no están dispuestas a dejar vencerse por la realidad, que saben que es dura, pero aun así, están dispuestas a dar batalla.
Cuentan que el consumo se está dando en niñas y niños de 10 y 11 años en la calle y a cualquier hora, se sienten huérfanas pero no van a dar el brazo a torcer, piden asistencia urgente al gobierno, no quieren que se obvie la realidad, que limita el desarrollo de los jóvenes, llevándolos inevitablemente a la marginalidad. Cuentan que aprendieron de la lucha de años para hacer del barrio habitable, saben que estos son los primeros pasos y están dispuestas a mantenerse firme y motivadas. Frente a esta posición, seguiremos acompañando la demanda, dando origen a un expediente administrativo en la Defensoría a fin de continuar con el proceso, que si bien ya están trabajando, seguir convocando a los funcionarios pertinentes para llegar lo más rápido posible a lograr tranquilidad y paz en las vecinas del barrio». Comentó el defensor Alberto Penayo.