En el estadio Único de La Plata, Uruguay derrotó 1-0 a Italia con gol de Luciano Rodríguez y consiguió el primer Mundial Sub-20 de su historia.
¡Uruguay es campeón del Mundial Sub-20! Con gol de Luciano Rodríguez sobre el final del partido, la Celeste derrotó 1-0 a Italia en el estadio Único de La Plata – Diego Armando Maradona y conquistó su primer título del mundo en la categoría.
Derechito a la historia. En silencio, hizo mucho ruido. Sin grandes luces, se llevó todos los flashes. Uruguay es el merecido campeón del mundo de la categoría, porque hizo seis partidos que ameritaron estar en una final, y jugando de local, porque La Plata se tiñó de Celeste, en ningún momento se apichonó, aún ante la Selección de la que todos hablaban. Como en Qatar, la Copa se queda en Sudamérica.
El partido se jugó desde el primer minuto como quiso Uruguay: la Celeste superó a su rival desde la tenencia de pelota, la dominación territorial y la creación de jugadas de gol. En el primer tiempo a Italia le costó horrores pasar la mitad de cancha porque cada vez que agarraba la pelota intentaba bajarle el ritmo al encuentro pero la intensa presión uruguaya hacía que la pierda rápido.
El arquero Desplanches fue la única razón por la cual la Celeste no logró romper el cero: la más clara fue un cabezazo de Duarte. Pero Uruguay puso en jaque a la defensa italiana varias veces. Siempre jugando al ritmo de Fabricio Díaz, manija y capitán del equipo: desde el eje del mediocampo, ordena a sus compañeros, hace jugar, mueve los hilos, recupera, y hasta patea desde afuera del área. En los 90′ tuvo tres tiros desde larga distancia.
Las nuevas generaciones de Uruguay son muy competitivas porque a la ya conocida ‘Garra charrúa’ le sumaron mucha técnica. Así, la Celeste ya no solo se planta desde el amor propio y la fricción, sino también con argumentos para adueñarse de la pelota. Por eso, cuando en el segundo tiempo Italia insinuó con crecer, los sudamericanos lograron mantener la superioridad.
Es que para el complemento los europeos se plantaron un poco más adelante en el campo y con la inclusión de un centrodelantero de imponente porte físico, empezó a tirar centros. Uruguay respondió cortando en mitad de cancha y atacando rápido. Sin embargo, el ST careció de jugadas claras de gol porque a los dos les faltó lucidez para definir las aproximaciones.
Hasta que sobre el final la justicia se trasladó al resultado: a los 85′, y tras una serie de carambolas en el área a la salida de un córner uruguayo, Luciano Rodríguez la empujó de cabeza a la red. Merecido para la Celeste, que lo había buscado todo el partido. Tras una extensa revisión del VAR -que minutos antes había anulado una roja a Prati, de Italia-, el gol fue convalidado y la explosión charrúa fue total.
El árbitro perdonó un par de expulsiones a futbolistas italianos y dio 11 minutos de tiempo agregado. Pero ni así Italia logró incomodar a un Uruguay, que supo jugar con el resultado a pesar del desgaste físico y mental. Categórica victoria, porque aunque la diferencia en el marcador fue mínima, la Celeste redujo a la mínima expresión a un equipo que asomaba como favorito.
Italia, que derrotó a potencias como Inglaterra y Brasil, y que cuenta con varios jugadores que si bien son desconocidos por su juventud, vienen dando de qué hablar -Casadei, Baldanzi, Pafundi, entre otros-, hizo agua en la final. Y Uruguay, con la ausencia de su gran figura, el delantero del Real Madrid, Álvaro Rodríguez, hizo un Mundial perfecto de punta a punta.
Así, en su tercera final, Uruguay consiguió su primer título Mundial sub 20, luego de las frustraciones en 1997 ante Argentina y en 2013 contra Francia, por penales. Marcelo Bielsa, flamante entrenador de la Selección Mayor charrúa, tendrá con qué nutrir su equipo con los jóvenes campeones.