Misiones se suma al pedido mundial de no hacer Turismo

Utilizando como plataforma sus propios destinos, visitados anualmente por millones de personas de los más diversos rincones del planeta, Misiones une su voz a la del mundo entero que, sin distinción alguna, repite un único mensaje urgente para enfrentar la pandemia: #QuedateEnCasa.

Cataratas del Iguazú, Saltos del Moconá, las Misiones Jesuíticas, la Selva Misionera, la Cruz de Santa Ana y Posadas, entre tantos otros, son los atractivos turísticos de la tierra colorada y, en consecuencia, su gran motor económico; sin embargo, hoy, por prevención y precaución, se encuentran cerrados. Reprogramar el viaje, rediseñar la experiencia, son los consejos para una visita segura. La historia se está escribiendo a nivel global bajo las leyes de la peripecia y el reconocimiento.

El estado de cosas cambia de minuto a minuto. Lo que hasta hace unas semanas parecía importante, hoy ni siquiera ocupa la izquierda de las páginas de diarios. La pelota y el cine han dejado de rodar; los bares, boliches y casinos se han transformado en peligrosas trincheras. Las calles de Venecia hoy se descubren con peces. El planeta ha tomado la palabra, y la tierra colorada, su portavoz de este lado del mundo, se pone a disposición.

#QuedateEnCasa #YoMeQuedoEnCasa, el mensaje es claro, concreto, sencillo. Urgente. Quedarse en casa es la premisa. Parar la pelota, pensar en conjunto, zanjar las diferencias, identificar lo importante, son las tareas para el hogar, y éste es un maestro que, al parecer, no perdona.

Con esta campaña, Misiones busca sumar conciencia sobre lo verdaderamente importante: cuidar el capital humano del planeta. El turismo no es «a cualquier precio», y el desenlace de esta historia depende de todos, un «todos» tan global que no registra precedentes.

El escenario por momentos se presenta dantesco, la información aumenta la ansiedad, y el mundo parece no conformarse con «lo dicho». Las medidas se profundizan y el termómetro de «lo correcto» se presenta dinámico e insuficiente.

Misiones no estuvo nunca distraída frente a lo que anticipaba (y lo sigue haciendo) el mundo, que desde el Asia primero y el Viejo Continente casi de inmediato, fueron y siguen siendo narradores una película que acá se vive «en diferido», lo cual nos da la ventaja de actuar, prevenir, aprender, imitar o evitar los errores de los que nos anteceden en la evolución del virus y sus consecuencias.

El tránsito permanente de turistas que tiene la provincia, ha hecho que su dinámica encuentre a muchos visitantes llegando a estas tierras casi en simultáneo con las medidas restrictivas obligadas por las circunstancias.

Frente a esta situación, la decisión permanente e innegociable del Estado provincial, es activar el protocolo y aislar a la o las personas que forman parte del grupo de riesgo, motivo por el cual, se ha llegado a un punto en el que los turistas ingresados no pueden volver a sus países hasta haber cumplido los 15 días de aislamiento, porque pondrían en riesgo todo a su paso.

En el caso de los misioneros, la situación es la misma. Se les recuerda que Misiones es su tierra y, como tal, estará dispuesta y abierta siempre que alguien quiera recorrerla. Este no es el momento. La situación mundial obliga a quedarse en casa.

Los destinos naturales seguirán estando. Las Cataratas del Iguazú seguirán siendo ese espectáculo tan maravillosamente único que conquista las retinas que se la enfrenten. La selva misionera seguirá siendo esa interminable paleta de colores, sonidos y aromas, cuyo misterio convoca y cautiva. La Cruz de Santa Ana seguirá tan erguida e imponte como siempre, esperando ser visitada en lo más alto de su Cerro. Las aguas del Moconá seguirán corriendo «de costado», cual niño rebelde de este gran jardín de selva.