Por Aníbal Blasco – Lic. en Comercialización
La semana pasada se conoció la performance de diferentes indicadores y rendimiento de sectores productivos que ubican a la provincia como líder en la región e incluso sobresalen a nivel nacional.
El crecimiento del valor agregado bruto provincial de 2021 fue de 11,8% respecto a 2020 medido por la CEPAL y el Ministerio de Economía de la Nación, el apartado aquí no es el significativo aumento respecto al año anterior, naturalmente afectado por la caída de la actividad, sino que Misiones exhibió la mayor suba del producto en el NEA y en el Norte Grande, mientras que en el plano nacional se ubicó como la provincia con la segunda mayor suba del país, solo superada por Neuquén, principalmente por el crecimiento de la explotación de Vaca Muerta y los servicios que derivan de ella. A nivel país el aumento del Producto Bruto fue del 10%.
Como respaldo a este crecimiento, la industria manufacturera misionera consolidó su mayor participación en el producto provincial. El dato significativo radica en que la industria mostró un incremento de la actividad respecto a 2019 (pre pandemia) del 24,7%, posicionándola como la de mayor volumen de actividad del NEA. También en esta línea se ubica el comercio, aumentando su participación en el producto bruto provincial del 12,5% al 13,3%, ubicándose como la segunda actividad de mayor peso, producto del cierre de fronteras, sumado a la apertura de negocios y autoservicios, talleres, entre otros, que provocaron una mejora en los índices de empleo, y que dio lugar a un proceso expansivo del consumo, apalancados a su vez en la ampliación de programas provinciales como los “Ahora”; que en un contexto altamente inflacionario, ha sido una política esencial para sostener el consumo de los misioneros.
Ahora bien, para conocer con datos puntuales de activación productiva, los indicadores de demanda son los que marcan si hay un incremento o solo mantenimiento de capacidad instalada. En este sentido, la demanda de energía eléctrica en 2022 creció 7,7% respecto a 2019, nivel superior a la del NEA (7,4%) y al nivel nacional (5,9%). Este indicador es central, puesto que, mirados en conjunto con los mencionados, sumados al incremento de patentamientos que aún no llegan a los números de 2019 -apenas por debajo-, ventas de combustible récord en 2022 y la suba de ventas en supermercados en el mismo año del 7,7% respecto a 2019 posiciona a Misiones como la de mayor facturación de la región.
Para cerrar esta serie de indicadores, todos ellos evidencian y justifican los datos de incremento de empleo formal privado, totalizando a diciembre de 2022, 109 mil asalariados como medición descentralizada, incrementándose en 8,2% en relación a 2019. Por tanto, Misiones tiene la mayor cantidad de trabajadores registrados en el sector privado del NEA y la mayor proporción ajustados por población, es decir, más misioneros registrados trabajando cada 1.000 habitantes.
Lo que se pretende demostrar aquí es que a la luz de estos indicadores y datos objetivos el sector privado misionero crece, invierte y que dispone de mano de obra de recursos que quieren trabajar. Desmitificando las poco afortunadas frases que solemos escuchar, “la gente no quiere trabajar”. Lo cierto es que el misionero sí quiere trabajar, sí quiere progresar, pero eso sí, bajo las condiciones dignas que se merecen, a través de una oferta de salarios dignos, bajo condiciones adecuadas que demuestren que se puede hacer ganar a la patronal y al asalariado, para generar un circulo virtuoso que multiplique y que no rinda dividendos solo hacia un lado. Esto se está logrando, corrigiendo de a poco, gracias a esfuerzos de políticas de Estado que no solo alientan al consumo lisa y llanamente. La apuesta real y que muchas veces no se ve o no se comunica eficazmente, es que la cantidad de programas e incentivos a la inversión con tasas sumamente accesibles para acompañar y proteger al empresariado privado que puedan incrementar su producción, a través de la incorporación de maquinarias, ampliación de su capacidad instalada; o en otros casos, facilitar la apertura de locales comerciales, compras de mobiliarios simples y equipamientos para iniciar un nuevo negocio. Todos ellos facilitados a través de programas de créditos que no ahorcan a los que quieren invertir, emprender y seguir creciendo.
Para graficarlo y que se vea el real incentivo, las tasas van desde el 10 al 18% anual para créditos de hasta $5.000.000 a través del Fondo de Crédito de Misiones y para Pymes de mayor envergadura, Misiones fue de las pocas provincias que renovó y duplicó su línea de financiamiento CreAr (porque el primer desembolso Misiones los otorgó casi en su totalidad) con el objetivo de promover más inversiones estratégicas para seguir avanzando en el cambio de la estructura productiva.
Misiones es la octava provincia con más créditos productivos otorgados en el marco de estos programas CreAr que acompañan proyectos de inversión productivos con créditos de entre 1 millón y 150 millones de pesos, con tasas bonificadas desde el gobierno nacional y provincial que rondan el 46% anual. Como vemos, las primeras tasas nombradas entre el 10 – 18% y estas del 46% contrastan con una inflación anual proyectada de aproximadamente 126% anual (siendo prudentes) y evidencian una brecha enorme con estos créditos, demostrando a las claras la intención firme de que los protagonistas del crecimiento misionero sigan siendo el sector empresario-emprendedor, así como los trabajadores y estudiantes misioneros.