La Subsecretaría de Educación de la provincia, junto a la Dirección de Nivel Inicial, han comenzado la distribución de libros del programa “Libros para Aprender” para todas las salas de 3, 4 y 5 años de gestión pública y privada. Son obras literarias seleccionadas por profesionales misioneros entregadas a directivos del Nivel Inicial con la consigna de que no son libros que quedan en la escuela, sino que son propiedad personal de los estudiantes, para que puedan llevarlos a sus casas.
Rosana “Cielo” Linares, subsecretaria de Educación, comenta al respecto que “Tener un libro es un derecho en sí mismo. Para muchos estudiantes este es su primer libro, y tenerlo a esta edad ya es una invitación a los increíbles mundos que nos puede llevar la lectura. Es imperioso y necesario que las nuevas generaciones tengan un fuerte hábito de leer, y que se democratice la palabra y comiencen a construir su biblioteca”.
Los libros fueron seleccionados por el equipo del Plan de Lectura, dependiente de la Subsecretaría de Educación, en un proceso de dos instancias: la Comisión Asesora Nacional (CAN), conformada por especialistas de las 24 jurisdicciones, realizó la recomendación de los títulos; y la Comisión Asesora Provincial (CAP), conformada en cada jurisdicción, seleccionó una serie de títulos entre los recomendados. El trabajo se realiza articuladamente junto a la Dirección de Nivel Inicial del Consejo General de Educación (CGE) para aplicar itinerarios pedagógicos de trabajo que aprovechen el nuevo material, apoyando así la labor docente.
En total son más de 125.000 libros distribuidos con el objetivo de garantizar el acceso universal a la literatura y fortalecer así las oportunidades de aprendizaje de los alumnos. Se suma a los ya más de 100.000 libros entregados para el nivel primario, en una acción cuyo presupuesto asciende a 215 millones de pesos.
“Esta es una política educativa que llega hasta la familia y habilita un acompañamiento de las trayectorias educativas”, sostiene el ministro Sedoff, “Que los estudiantes tengan estos materiales en sus casas permite optimizar el tiempo de trabajo en el aula y que pueda haber una continuidad de trabajo en los hogares. Estos libros repercuten intensificando el proceso de alfabetización y formando lectores y escritores”.