En la localidad de Santa Ana la mayoría de los sectores populares carecen de servicios básicos. Así sucede con más de 30 familias del barrio denominado «Martín Chiquito», muy cerca del centro, y no tienen aperturas de calles, ni acceso al agua potable, y corren constantes riesgos por estar conectadas precariamente al tendido de energía eléctrica.
El diputado Martín Sereno, del bloque legislativo Tierra, Techo y Trabajo, junto a militantes de su espacio, se reunió con las familias, escuchó los legítimos reclamos, y el pedido de gestiones en la provincia, porque en el municipio «no somos escuchados por las autoridades», señalaron los vecinos que entregaron varias notas a la municipalidad local sin lograr resultados.
«Al recorrer el barrio vimos un gran deterioro en las condiciones de vida de estos misioneros, por la desidia y el abandono del Estado hacia estas familias trabajadoras con sus derechos vulnerados, y a las que el intendente, Pablo Castro (FR), hace oídos sordos. Es una clara muestra de desatención en la salud de mujeres embarazadas, niños, niñas y adultos mayores que sufren abandono por quienes deberían trabajar para garantizar sus derechos básicos y universales», cuestionó el legislador.
«El agua no es un privilegio, es un derecho»
En la reunión, los relatos giraron en torno a numerosas carencias del barrio que está sumergido en un gran abandono de urbanización. Adriana Ramos llegó al barrio hace cinco años, y junto a sus vecinas siente que son víctimas de «una injusticia», porque alrededor de su barrio y no muy lejos de él, las calles sí están en condiciones y funcionan los servicios elementales.
«Para nuestros chicos en edad escolar cada vez que llueve es un suplicio; no pueden caminar porque quedan empantanados en el barro, y se niegan a ir a la escuela. Hasta el derecho de estudiar se vulnera, porque teniendo una escuela secundaria cerca, es imposible llegar por el río de barro que se forma, y cuando no llueve también es difícil transitar por el mal estado de las calles», se quejó Adriana.
«A los que gobiernan les falta recorrer los barrios»
El grupo de vecinas y vecinos reunidos con el diputado de TTT, recordó que después de la marcha que hicieron hacia la Municipalidad, un policía custodia la puerta. Y si una persona se acerca a la sede comunal para hacer un reclamo, no lo dejan entrar.
«Nos gustaría que el intendente y sus funcionarios vengan a recorrer unos días nuestro barrio, para que sientan lo que padecemos. Porque ellos están rodeados de vereda, asfalto, luz, agua y comodidades; por eso no entienden las carencias de los barrios; tendrían que embarrarse los zapatos; sentir en carne propia cómo vivimos cuando llueve, sin luz y sin agua potable», indicaron los vecinos.
Las familias de «Martín Chiquito», tienen claro que los gobernantes están en sus lugares de poder, «por nuestros votos, y por eso tenemos que defender los derechos que nos corresponden. Por ejemplo, más de una vez recurrimos al municipio por situaciones de violencia de género; pero en el Área de prevención de violencia no nos dan respuestas, y la excusa siempre es que no tienen presupuesto», cuestionó Yamila Encina.
Vivencias en condiciones de insalubridad
Los reclamos en el barrio «Martín Chiquito» son por necesidad del servicio eléctrico; mensuras y nivelación de los terrenos del barrio, y apertura de las calles para poder transitar sin los enormes dificultades que tienen.
«Hay vecinos que deben pasar por entre medio de los patios porque los caminos son intransitables. Intentamos hablar con el jefe municipal de Obras Públicas, que no entiende que los problemas afectan nuestras condiciones de vida. Hace una semana tuvimos que sacar en andas -levantada por dos vecinos- a una señora por una urgencia de salud, porque la ambulancia no podía entrar al barrio», graficó Manuel Ramos.
«El intendente Castro no atiende nuestras demandas, y cuando criticamos su gestión, dice que lo queremos atacar políticamente, y en realidad sólo reclamamos el derecho de vivir en condiciones dignas, con luz, agua, viviendas habitables. Son muchos años viviendo en medio de la insalubridad. Antes tomábamos agua de un pozo; pero llegó un momento que decidimos dejar de hacerlo porque cada vez se enfermaban más criaturas».
Algunos vecinos sostienen que existe discriminación del municipio hacia los sectores populares. «Pero no estamos dispuestos a callarnos cuando se trata de defender nuestros derechos», destacaron.