Con alta participación en las pruebas Aprender, Misiones obtuvo un crudo recordatorio de la crisis del nivel secundario, pero así también una oportunidad para subrayar y potenciar los mecanismos en juego que se enfocan exclusivamente en mejorar el tránsito escolar de los estudiantes misioneros.
Según el Ministerio de Educación de la provincia, el trabajo que la provincia realiza en torno a fortalecer el Nivel Secundario está distribuido en varios focos de acción: desde libros para los estudiantes, más formación gratuita y en servicio para los docentes, actualización de los acuerdos de convivencia escolar, fortalecimiento de la ESI en todos los niveles, becas para finalización de estudios (siendo Misiones una de las provincias con más inscriptos a nivel nacional), todas las acciones en el marco de la Transformación de la Secundaria Misionera, etc. Una de las iniciativas que más trayectoria tiene son los centros de apoyo pedagógico y tecnológico.
Desde sus inicios, en el 2021, se articulan acuerdos con los municipios en lugares físicos accesibles en tanto a distancia y a conectividad adecuada. Durante el 2022, se consolidaron acciones de acompañamiento y fortalecimiento de los aprendizajes a 12.390 niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Actualmente, hasta mayo del año 2023, más de 6000 estudiantes ya se han acercado a un centro. De acuerdo a los indicadores de las pruebas Aprender, “será necesario intensificar los aprendizajes, fortalecer la lecto-comprensión, la lectoescritura y las habilidades matemáticas en operaciones básicas con diferentes niveles de complejidad, además de fortalecer la autonomía y generar hábitos de estudio” comparten desde la cartera educativa.
Entre sus diversas funciones, los centros operan como escenarios para variadas acciones situadas (como charlas de interés para los estudiantes, actividades artísticas y recreativas, eventos deportivos, entre otros) que demuestran que como Estado la provincia está presente en los 78 municipios de la provincia con 94 espacios educativos y 17 extensiones, con uno de los dispositivos de fortalecimiento educativo con mayor alcance y anclaje territorial de su historia.
En estos espacios, nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes se encuentran con docentes comunitarios que habilitan la escucha y la bienvenida necesaria para garantizar el ejercicio del derecho a la educación obligatoria. Esto significa resguardar la continuidad pedagógica, intensificar aprendizajes, sostener trayectorias escolares y entusiasmar proyectos de vida. La figura del docente comunitario, como profesional de la educación y nexo con el municipio, la familia y la escuela, es clave para acompañar a las y los estudiantes de los sectores más desfavorecidos.