Con goles de Lucas Beltrán, Nicolás de la Cruz y Esequiel Barco, River derrotó 3-1 a Estudiantes y sumó su título 70. Noche de fútbol, golazos y ovaciones.
River Plate demostró porqué es el campeón. No jugueteó con la confianza ni subestimó el partido. Fue voraz y aplastante, jugó con seriedad y compromiso. Se llevó puesto a Estudiantes, el invitado a la fiesta, desde el minuto uno, con la motivación de una salida emocionante, explosiva y con todo el fervor riverplatense. Fue un espectáculo total, no solo por el show de luces sino, principalmente, por el fútbol que desplegó -una vez más- el equipo de Martín Demichelis, que se impuso 3-1 en una noche inolvidable.
Todavía no se había ido el humo de las bengalas del recibimiento que el Millonario ya estaba ganando 1-0. Al minuto y medio de juego, abrió la cuenta con una jugada de galera y bastón: Leandro González Pírez hizo una maniobra de maestro, controló de aire, soltó de cucharita para la diagonal de Lucas Beltrán y el delantero, de primera y sin mirar el arco, desenfundó una volea que fue a parar al lado del poste. Golazo.
Quince minutos más tarde, con el local absolutamente dueño de todo y un elenco platense haciendo sombra, el campeón estiró la cuenta. Nicolás de la Cruz olfateó sangre en la puerta del área, agarró un corto despeje de la defensa pincharrata y le impregnó un golpe firme a la pelota para que esta viajara derecho al fondo de la red.
Inmediatamente bajó de las tribunas el ‘uruguayo, uruguayo…’, que motivó al volante a otra genialidad. Desde atrás de la mitad de la cancha, le metió un zapatazo seco al cuero para asistir a Ignacio Fernández. Con una velocidad letal, Nacho llegó a tocarla antes que lo haga Daniel Sappa, cayó por el choque del arquero y penal. Apareció en escena Esequiel Barco, que no falló y estampó el 3-0.
En el segundo periodo el Millo se dio el lujo de bajar una marcha. Demichelis manejó los cambios y hubo tiempo para las ovaciones. Salió Enzo Pérez mientras el estadio coreaba su nombre y se rendía en aplausos. Luego lo hicieron De la Cruz, Nacho Fernández y Beltrán, todos reconocidos por el público.
Fue en ese momento de relax cuando Estudiantes aprovechó para el descuento, a través de una acción que inició Mauro Méndez por el carril central del ataque y que definió el propio uruguayo cerca del área chica.
El resultado nunca estuvo en peligro. Ni la consagración de River ni la fiesta. Fue todo color rojo y blanco. El Millonario consiguió otro título, el 70 en su historia, en el primer semestre de Martín Demichelis como entrenador, quien tomó el trono de Marcelo Gallardo y demostró que la vara no le quedó para nada alta. River Plate, el campeón más campeón. Quedó todo claro en el Monumental.
Fuente: Diario Popular