La medida, en homenaje al grabador guaraní Juan Yaparí, fue promovida por el diputado Hugo Passalacqua y tiene como finalidad impulsar actividades que afiancen los valores de nuestra identidad provincial.
La Cámara de Representantes de Misiones aprobó el proyecto de ley por el cual se instituye el 9 de septiembre como el Día de la Cultura Misionera.
La iniciativa fue impulsada por el diputado provincial Hugo Passalacqua en referencia a la figura de Juan Yaparí, reconocido como el primer y único grabador de las misiones jesuíticas, y tiene como objetivo impulsar el desarrollo de acciones tendientes al afianzamiento de los valores y tradiciones de la identidad misionera; así como promover la conservación y cuidado del patrimonio antropológico, histórico, artístico y cultural de nuestra provincia.
Cabe recordar que son pocos los datos biográficos que se conocen de Yaparí, por lo que se eligió la fecha de nacimiento del escritor y teólogo jesuita Juan Eusebio Nieremberg para la conmemoración. Nieremberg fue autor de “Diferencia entre lo temporal y lo eterno”, una clásica obra de espiritualidad ilustrada por 67 viñetas y 43 láminas que en su mayoría se atribuyen a Yaparí y que sobrevivió como uno de los pocos registros del excelso arte del grabador guaraní.
Este libro, además, cuenta con la particularidad de ser el más antiguo publicado en territorio argentino que haya llegado a nuestros días: fue impreso en 1705 en la imprenta de la Reducción de Santa María la Mayor. Tal como reza el texto de la ley, «esta imprenta, única en la América de aquel entonces, fue diseñada y construida totalmente en Misiones por las manos de indígenas guaraníes, bajo la dirección de los jesuitas», por lo que resulta ser «el símbolo perfecto de esa sinergia particular –y única- que existió entre la misión evangelizadora de los jesuitas y la capacidad de trabajo, la dedicación y el don artístico de los guaraníes, que posee un inconmensurable valor como patrimonio histórico y cultural de nuestra provincia al haber formado nuestra identidad cultural».
Es por ello que la figura y la obra de Juan Yaparí funciona «como un llamado al rescate de la memoria colectiva de esa historia cultural que nos hace misioneros; esa herencia que nos marca en valores, que nos recuerda nuestras costumbres y tradiciones que nos hermanan y demuestran el temperamento que nos distingue como pueblo, traducido en ese ‘misionerismo’ como nuestra idiosincrasia transmitida de generación en generación».