Los delanteros argentinos irán por una marca historica en la final de este sábado entre el Inter y el Manchester City.
Manchester City, con el campeón mundial Julián Álvarez como suplente, e Inter de Italia, con Lautaro Martínez como titular y que también alzó el título en Qatar, protagonizarán este sábado la final de la Champions League. La definición se jugará a partir de las 16 hora argentina en el Estadio Olímpico Atatürk, en Estambul, y será televisada por ESPN y la plataforma Star +.
El polaco Szymon Marciniak, de 42 años, que dirigió la final de la Copa del Mundo que Argentina le ganó a Francia en Qatar el 18 de diciembre pasado, será el árbitro y estará asistido por sus compatriotas Pawe Sokolnicki y Tomasz Listkiewicz. En caso de empate, se recurrirá a 30 minutos suplementarios y, de continuar la igualdad, el trofeo se dirimirá en definición por penales.
El City irá por un objetivo histórico: nada menos que la Triple Corona, compuesta por la Premier League y la FA Cup que ya conquistó, más la Champions League, un certamen que nunca ganó. El Inter, por su parte, conquistó la Liga de Campeones en tres ocasiones (1964, 1965 y 2010), y además de Lautaro Martínez tiene a otro argentino, el tucumano Joaquín Correa.
El equipo dirigido por Pep Guardiola, que además de Julián Álvarez tiene al argentino Máximo Perrone, aunque este no juega el certamen europeo, eliminó en su viaje a la final a Leipzig, Bayern Múnich y Real Madrid, con la curiosidad de que no perdió ningún partido y está invicto con siete triunfos y cinco empates. A su vez, el conjunto italiano dejó en el camino a Oporto y Benfica, ambos de Portugal, y a su clásico rival, el Milan, sumando siete victorias, tres empates y dos derrotas, ambas en la fase de grupos ante Bayern Múnich, con el que perdió de local y visitante.
La ciudad turca de Estambul estima una invasión de casi 80.000 personas para ver la final de la Champions League entre el Manchester City de Julián Álvarez y el Inter de Lautaro Martínez, que se jugará en el estadio Olímpico Atatürk con una capacidad de poco más de 75.000 espectadores, por lo que se estima que muchos hinchas no podrán ingresar a la cancha.
Y es que conseguir una de las entradas puestas a disposición por la UEFA no fue sencillo. La demanda superó con creces los 75.145 asientos del estadio, que de todos modos no fueron destinados a la venta en su totalidad. Algunos lugares quedaron inhábiles por asuntos de seguridad o infraestructura y además se reservaron unas 24.800 localidades para patrocinadores y otros compromisos. Esto dejó unas 47.200 entradas para los aficionados.