Hace dos años, con los primeros movimientos de tierra, se iniciaban las obras para construir la nueva Central sobre el brazo Aña Cuá.
Tiempos de pandemia signaron los comienzos de esta obra. Todos los involucrados en su ejecución debieron redoblar esfuerzos y apelar a su creatividad y profesionalismo para poder avanzar cumpliendo en tiempo y forma con los tiempos establecidos
La gerencia de Aña Cuá, funcionarios y empleados de la EBY junto con las empresas contratistas lograron articular sus tareas para poder llegar a esta fecha cumpliendo con el cronograma para permitir que la obra pueda finalizar en los plazos originalmente previstos.
Las obras de la Central Hidroeléctrica Brazo Aña Cuá estarán constituidas por la embocadura y el canal aductor a la central, la casa de máquinas, el canal de fuga; y una playa de maniobras e interconexión, con las correspondientes líneas de transmisión.
La Central contará además con una nueva una instalación para la transferencia de peces que permitirá la migración de especies desde el curso del brazo Aña Cuá hasta el embalse Yacyretá.
Ya se ha finalizado con la etapa de explosiones controladas en el pozo de excavación donde se está realizando el hormigonado estructural y masivo de la futura casa de máquinas. Se han completado las estructuras del canal de restitución y en este momento se realizan las explosiones controladas en ese sector.
Para avanzar con las tareas de hormigonado masivo se instaló una fábrica de hielo gracias a la cual se trabaja con una temperatura de 10°C , lo que permite garantizar la resistencia y la integridad de la estructura.
Los tanques australianos y las 4 guías pórtico ya se encuentran operativos y la nave de montaje está en su etapa final.
Los componentes electromecánicos están almacenados en la playa de depósito de la empresa VoithHydro , la que tendrá a su cargo la provisión de las turbinas y generadores.
La maquinización de brazo Aña Cuá -concebida para aprovechar el caudal ecológico de 1500 m3/s- permitirá al Complejo Hidroeléctrico Yacyretá incrementar su generación en aproximadamente un 10 % sumando 270 MW de potencia instalada.
Otro aspecto destacable de esta obra es el bajo impacto ambiental que produce, ya que no genera nueva superficie inundada ni requiere relocalizar familias.
Durante estos dos años la región se ha beneficiado con un incremento de la demanda laboral y se calcula que durante el plazo que dura la obra se habrán generado más de 3000 puestos de trabajo de manera directa e indirecta.
Continuando con el actual ritmo de las obras en algo más de dos años las tres nuevas turbinas de Aña Cuá estarán entregando a Argentina y Paraguay una generación anual de 2.000 GWh de energía limpia y renovable.
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