La Real Academia Española avala la decisión del Gobierno porteño al desestimar el «lenguaje inclusivo»

Desde la Real Academia Española, institución que tiene como misión principal velar por que los cambios que experimente la lengua española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico, volvieron a desestimar el uso del lenguaje inclusivo, lo que también representa un importante aval a la decisión adoptada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

«El uso de la letra ‘e’ como supuesta marca de género inclusivo es ajeno a la morfología del español, además de innecesario, pues el masculino gramatical (‘chicos’) ya cumple esa función como término no marcado de la oposición de género», dejó en claro la entidad tras la consulta de un usuario de redes sociales.

Tiempo atrás, la RAE se había expresado en el mismo sentido al indicar que «el uso de la ‘x’ como supuesta marca de género inclusivo es ajeno a la morfología del español, además de innecesario e impronunciable; el masculino gramatical ya cumple esa función como término no marcado de la oposición de género».

Según replicaron medios nacionales también, en su momento el director de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado, sostuvo que la RAE no «está cerrada a esas aperturas cuando sean razonables, no lesionen el idioma y mantengan su belleza y sobre todo su economía».

 

¿Cuál fue la decisión del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires?

Claramente mal comprendida por los defensores de la distorsión del lenguaje, la decisión del Gobierno de CABA, dirigido por Horacio Rodríguez Larreta, no busca prohibir ni es un «ataque» a las minorías que siguen intentando imponer sus caprichos a toda la población.

Lo que establece y fundamenta la resolución del Ministerio de Educación porteño, tomando el antecedente de Francia y Uruguay, es regular la utilización de la e, x, @, etc. por parte de los docentes en las escuelas. Además, brinda una guía de prácticas y recomendaciones para una comunicación inclusiva. El objetivo es ordenar el uso del lenguaje para facilitar el proceso de aprendizaje de los estudiantes, que se vio significativamente afectado como consecuencia de la pandemia por COVID-19.

Esto se debe a que la Ciudad presentó los resultados de las evaluaciones FEPBA (Finalización de Estudios Primarios de la Ciudad de Buenos Aires) y TESBA (Tercer año de Estudios Secundarios de la Ciudad de Buenos Aires) que ponen en evidencia la realidad educativa de los alumnos. Lo más afectado fue la comprensión lectora en lo que se obtuvo un resultado promedio que demuestra un retroceso de casi 4 años.

En este contexto y con el fin de facilitar la forma en que los chicos aprenden y adquieren el lenguaje, los docentes deberán desarrollar las actividades de enseñanza y realizar las comunicaciones institucionales de conformidad con las reglas del idioma español, sus normas gramaticales y los lineamientos oficiales para su enseñanza.

La nueva norma se basa en la premisa de que la lengua española brinda diversas opciones para comunicarse de manera inclusiva sin necesidad de tergiversarla, ni de agregar mayor complejidad a la comprensión y fluidez lectora.

La medida aplica únicamente a los contenidos que dictan los docentes en clase, al material que se le entrega a los estudiantes y a documentos oficiales de los establecimientos educativos

 

La lingüista, filóloga, investigadora y académica mexicana María del Pilar Company Company, fue categórica al señalar que el “lenguaje inclusivo es una falacia de la equidad de género”.

Más contundente aún fue la especialista al recalcar que «la gramática no es binaria, no existe una gramática del femenino en A y masculino en O, la biología sí es binaria, hay hombres y hay mujeres, pero la sexualidad no es binaria para nada. Dada esta arbitrariedad, es decir, la no relación directa entre la forma que tiene la palabra y el significado que adquiere, tiene muchas posibilidades».

Company Company agregó que «en cualquier diccionario se encuentra que hay cuatro marcas de género para la lengua española, femeninos que acaban en O (como mano, o solución), hay masculinos en A (tema, problema), también están los que significan genero común, que se pueden decir en femenino o masculino depende de lo que se aluda (el o la estudiante) y el género ambiguo, donde el mismo referente se puede utilizar (Juan es una lacra y Juan es un lacra)».

«Incluso, 97% de la gramática de la lengua española no coincide (soy una víctima, es utilizado igual, por hombres y mujeres. La humanidad es femenina, pero se refiere a todos). La arbitrariedad es el rasgo esencial para lograr una lengua creativa», concluyó.

 

Julieta Prandi defendió la medida de prohibir en las escuelas el mal llamado lenguaje inclusivo