En el Día Internacional de la Enfermería analizaron que la evidencia internacional señala el impacto directo que tiene el nivel de formación en la evolución de los pacientes y en todo el sistema sanitario, sólo el 16% del personal de enfermería en Argentina tiene título de licenciado.
De acuerdo con la Mag. Dolores Latugaye, directora de la Licenciatura en Enfermería de Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral, «según cifras del Observatorio Federal de Recursos Humanos en Salud (julio 2020), el 16,2% del personal de enfermería en el país es licenciado en Enfermería, el 51,9% es enfermero y el 31,9 % es auxiliar de enfermería”.
«En los últimos años se observa un aumento del número de licenciados que resulta consistente con las políticas actuales del Ministerio de Salud de la Nación», indicó Latugaye, y agregó que «no obstante, hay una disparidad muy grande en el nivel de formación alcanzado si comparamos la situación a lo largo del país. Mientras que en Neuquén (26%), CABA (25%) y Mendoza (24,8%), la proporción de licenciados en relación al personal total de enfermería es del 25%, en 8 provincias argentinas (La Rioja, Corrientes, Chaco, San Luis, Misiones, Catamarca, Tucumán y Santiago del Estero) ese porcentaje oscila entre el 1,4% y el 9,6%”.
La directora de la Lic. en Enfermería de la Universidad Austral señaló que “según las orientaciones estratégicas sobre la enfermería y partería 2021-2025 de la Organización Panamericana de la Salud contar con profesionales con carrera de grado completa mejora los resultados en los pacientes y les permite asumir responsabilidades más amplias en el sistema de salud y en el ámbito académico».
«Quienes poseen título de licenciados cuentan con formación para el cuidado de pacientes en estado crítico y para el desarrollo de investigación y gestión tanto en el ámbito clínico como en el comunitario. Esta formación les brinda la capacidad de reconocer en sus destinatarios de cuidado no sólo factores de riesgo, sino también signos de alarma que requieren una adecuada toma de decisiones para brindar el cuidado correcto en el momento oportuno. Al mismo tiempo, les proporciona las herramientas necesarias para liderar equipos de trabajo y les permite también avanzar hacia un mayor grado académico”, enfatizó.
“La OPS recomienda una educación de calidad y el desarrollo de posgrados en Enfermería ya que se requiere un mayor nivel de formación para poder brindar un cuidado especializado y basado en evidencia”, indicó Latugaye, y explicó que «el aumento de la esperanza de vida y las enfermedades crónicas suponen desafíos de cuidado cada vez más complejos que requieren una preparación adecuada, por lo que la carrera de grado debería ser la mínima formación requerida para cuidar a un paciente”.
“La evidencia internacional señala el impacto directo que tiene el nivel de formación del personal de enfermería en los resultados de los pacientes y en todo el sistema sanitario. Mayores niveles de formación mejoran la calidad de atención que se brinda al paciente, reconociendo precozmente posibles cambios y/o signos de alarma que pueden prevenir daños y/o eventos adversos en el paciente; además se asocia con menores días de internación y una disminución de la mortalidad. Si bien los datos refieren a profesionales de Terapia Intensiva específicamente, los resultados son transferibles a cualquier área de cuidado”, concluyó.