En la ciudad de Eldorado se llevó adelante una recorrida de sensibilización ambiental acerca de la presencia del caracol gigante africano, una especie exótica invasora.
Hubo buena predisposición de los vecinos a los que se los visitó puerta a puerta para entregarles material informativo acerca de las características del molusco y la forma correcta de eliminarlos.
También se los instruyó sobre a quién alertar la presencia del Achatina fulica.
La actividad fue coordinada por la Dirección General de Ecología junto con el SENASA y la Municipalidad de Eldorado.
Estuvo la directora de Biodiversidad, Patricia Sandoval, y la responsable del Departamento de Educación Ambiental, Ana Do Nacimiento, junto con un equipo del Ministerio de Ecología.
En el contacto con los vecinos se explicó la necesidad de la colaboración de todos para controlar el crecimiento poblacional del caracol gigante africano.
La comitiva hizo una recolección de ejemplares a fin de exhibir sus características y de explicar la manera correcta de eliminarlos.
Este caracol gigante africano, originario del este de África, ha logrado conquistar América, Asia, Oceanía y Europa de la mano del hombre, quien facilitó su rápida dispersión, fundamentalmente para su cría como alimento, pero también a través del traslado involuntario adherido a vehículos y a cajones usados en cosechas, a su uso como carnada, al comercio de plantas en macetas –donde se encuentran los huevos–, y a su tráfico como mascota.
Esta especie exótica invasora desplaza y coloniza el hábitat de moluscos nativos, que deben ser preservados para mantener la biodiversidad y la sostenibilidad del ecosistema.
Además del impacto que puede ocasionar sobre la agricultura y la fauna de caracoles nativos, también puede transmitir parásitos perjudiciales para la salud humana y la de otros animales (mascotas o fauna silvestre). Los parásitos están presentes en la baba del caracol y pueden contaminar así frutas y verduras, que en el caso de no ser lavadas correctamente, pueden causar enfermedades a las personas.
A los pobladores de la zona de Malvinas y Alemania, donde se hizo la recorrida, se los instó a mirar siempre su patio y en caso de recolectar los caracoles gigantes, cubrirse las manos con un envoltorio plástico o guantes. También a colocar los ejemplares en una bolsa y echar dentro un poco de sal. Una vez eliminados, se les pidió enterrar los restos en su propiedad y no tirarlos a la basura.
Además de las visitas, se colocaron afiches con información en casas y comercios.