En las Chacras 244 y 239 habitan más de 300 familias. Entre ambas llevan 15, 20 y algunas 25 años reclamando el suministro de agua potable, sin que hayan obtenido una respuesta favorable de parte de las autoridades provinciales.
Hace unos días los vecinos de ambas Chacras -prácticamente están pegadas una de la otra- organizaron una reunión con el diputado Martín Sereno, del Partido Agrario y Social, para plantearle el problema y solicitarle gestiones al respecto.
«Nos juntamos con las vecinas y vecinos para analizar cómo resolver el problema. Nos contaron que en estos años vieron llegar diversos candidatos y candidatas en cada campaña electoral haciendo promesas y generando la ilusión de garantizar ese derecho tan básico. Sin embargo, en el 2021, siguen padeciendo la falta de agua potable, agravada por la pandemia del Covid-19», explicó el legislador.
Entre estas familias hay personas con discapacidad, adultos mayores y lactantes. «Nos comprometimos a acompañar su lucha por una vida digna e iniciar las gestiones, e inmediatamente le planteamos al Ente Provincial Regulador de Agua y Cloacas, la urgencia de que se inicien los procesos de solución para estas familias amparadas por el RENABAP, y el titular del Eprac, Daniel Di Stéfano solicitó al gerente general de SAMSA el estudio de factibilidad, cómputo y presupuesto para la extensión de red necesaria para proveer el servicio de agua potable para estas chacras», señaló Sereno.
«Es un sufrimiento constante»
Con cuatro hijos, Karina Silvero vive en la Chacra 239 y define a la falta de agua potable, como «un sufrimiento constante especialmente en el verano. Juntamos agua en los botellones para poder tener algo. A veces no hay agua ni para tomar un mate, y por la falta de presión suficiente no sube al tanque. A veces hay agua unas horas a la mañana, así que tratamos de hacer todo temprano; pero antes ni siquiera existía la conexión irregular, y hubo que engancharse porque la alternativa era buscar en un pozo con baldes», cuenta preocupada.
Las familias también están indignadas porque Vialidad Provincial prometió terminar con las obras de la avenida Monseñor D`Andrea «y jamás cumplió», y cuando llueve el camino es intransitable.
«Ahora vamos a confiar en las gestiones que pueda hacer el diputado Sereno, sobre todo por la necesidad más urgente que tenemos que es el agua potable», expresa la vecina.
Familia con un hijo con una válvula y sin agua
Otra de las vecinas, Nélida Pereyra, sufre como el resto de las familias la falta del líquido vital, pero con el agravante de tener un chico con problemas de salud.
«Necesito ayuda por la situación de mi hijo, Ariel Luciano, de 11 años, al que operaron a los dos meses. Tiene problemas cardíacos, y respiratorios; le pusieron una válvula, y dentro de poco tiempo deben operarlo nuevamente en Corrientes», dijo.
Es «muy doloroso» que él viva sin agua porque por su situación requiere una higiene muy estricta y en estas condiciones es muy complicado, y más durante el verano. «Tengo que limpiar la casa varias veces y la necesidad del agua es indispensable».
Nélida reclama el servicio desde hace 15 años, y como todos se siente muy decepcionada. «Me prometieron una vivienda para que mi hijo tenga buenas condiciones de vida; pero tampoco cumplieron. Ahora queremos hacer una pieza para él, pero ante la falta de agua no se puede construir. Le pido a los gobernantes que se pongan en el lugar de una persona que tiene que ocuparse de un chico en estas condiciones», lamentó esta madre.
Vecinos dispuestos a pagar el servicio
En la Chacra 244 vive Miriam Benítez Silva en una casa donde son tres adultos y tres niños, y lamenta que estando tan cerca del centro, las familias no puedan tener agua potable.
«Vivimos en Posadas, una ciudad que supuestamente está creciendo y creemos que los servicios humanos básicos como la luz y el agua no deberían faltar. Estamos a pocas cuadras de las grandes avenidas y del centro, sin embargo, este barrio constituido hace tanto tiempo no dispone de agua potable de manera regular. Nosotros creemos que el Estado no nos garantiza el acceso al agua, como parte de un abandono a cierta parte de la población que está afuera de las cuatro avenidas», cuestiona.
Miriam remarca que las familias están dispuestas a abonar el servicio; pero espera que el Estado les brinde esa posibilidad a quienes habitan en las Chacras 244 y 239.
«En todos estos años vimos en el barrio a un montón de funcionarios públicos, siempre con promesas; pero hasta hoy sin resultados. Habíamos pensado en hacer un pozo perforado; pero después comprobamos que no se puede porque estamos sobre un bañado prácticamente y no es agua apta para tomar. A partir de ahí nos tuvimos que enganchar a la red, y tampoco sirvió porque el agua viene a cuentagotas», subrayó.