El ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán, anticipó en una entrevista por el canal televisivo C5N, que la inflación de marzo superará el seis por ciento, y sostuvo que «la economía funciona en un contexto de relaciones de poder, si la política está desordenada, es mucho más difícil lograr cualquier cosa», en clara alusión no sólo a la situación con la oposición, sino también a la relación cada vez más agrietada dentro del propio Frente de Todos.
Además, Guzmán volvió a remarcar que el país tiene «un plan económico, y como dijo el Presidente, ese es el rumbo a seguir», reconoció que «la inflación no se va a reducir con políticas y acuerdos de precios», volvió a insistir en la necesidad de tener credibilidad y que los problemas se agravan por «falta de un apoyo político claro, en vez de llevar adelante acciones que generen incertidumbre».
Lo cierto es que estas declaraciones del titular de la cartera económica nacional vuelven a tener un fuerte impacto y generar más temor, fundamentalmente, en la clase media que es la que sigue siendo más castigada tanto por la constante depreciación del salario, como así también por la fuerte carga impositiva al consumo.
Preocupación que acrecienta el desconcierto ya generado por la cadena nacional del presidente Alberto Fernández, en la cual iba a dar a conocer las medidas de lucha contra la inflación, pero que se terminó transformando en más declaraciones políticas apuntando a responsables de toda índole (desde el gobierno anterior y los empresarios, hasta el propio diablo).