El atropellamiento de fauna silvestre es común a lo largo y ancho del país, durante estas vacaciones de invierno es importante respetar los límites de velocidad para evitar impactos contra los animales.
Sólo en Misiones, se estima que más de 5.000 animales mueren al año en rutas que atraviesan áreas naturales protegidas.
La muerte de animales silvestres en rutas y caminos por conductores que no respetan los límites de velocidad dentro de áreas naturales protegidas representa una seria amenaza para la fauna de nuestro país. Los animales más perjudicados son los grandes depredadores, como el yaguareté. Por esa razón, Fundación Vida Silvestre Argentina, que tiene como misión lograr un mundo en el cual el ser humano se desarrolle en armonía con la naturaleza, recuerda a quienes tengan la posibilidad de salir de viaje durante este fin de semana largo, que la velocidad máxima al transitar dentro áreas protegidas es de 60 Km/h.
Según un análisis realizado recientemente por Vida Silvestre en Misiones, donde trabaja hace más de 20 años, se estima que más de 5.000 animales mueren al año por esta problemática en rutas que atraviesan áreas protegidas*, entre los que se encuentran desde lagartos, aves y pequeños mamíferos, hasta animales de gran tamaño como pumas, tapires o yaguaretés.
Las rutas son un elemento importante en el desarrollo socioeconómico del país: contribuye a la economía local y regional, facilita el turismo, fomenta el comercio y mejora la calidad de vida de los habitantes. Pero, si no se hace un correcto uso de la infraestructura vial se generan impactos negativos en los ecosistemas naturales que los rodean, además de poner en riesgo la vida de personas.
La fragmentación del hábitat sucede cuando un ambiente natural es transformado de manera tal que queda dividido en fragmentos o “parches” aislados entre sí. Es una de las principales causas de pérdida de biodiversidad y puede conducir a algunas especies a la extinción. Las rutas generan fragmentación de hábitat, y obligan a la fauna silvestre a atravesarlas en busca de agua, alimento, pareja, refugio o simplemente trasladarse de un fragmento a otro. Es por esa razón que hay ciertos tramos en las rutas en donde la velocidad máxima es de 60 kilómetros por hora. Estos tramos están en áreas de selva que son esenciales para conservar la diversidad natural y cultural, y brindar bienes y servicios ambientales que son imprescindibles para la sociedad.
“Los feriados son, para quienes tienen la posibilidad de hacer turismo, momentos de mucho tránsito en las rutas y en donde los atropellamientos de fauna se incrementan. Por ello es importante recordar la necesidad de respetar los límites de velocidad”, asegura Lucía Lazzari, coordinadora de paisajes terrestres de Fundación Vida Silvestre Argentina. “Esta problemática tiene un impacto sobre la fauna en general, pero afecta en mayor medida a los grandes depredadores, como el yaguareté, no sólo porque son víctimas directas de atropellamientos sino por la enorme pérdida de otros animales más pequeños que son sus presas”, agregó.