Desde que en octubre del año pasado el gobierno nacional liberó el precio de los combustibles, con la premisa de que así la libre competencia favorecería al consumidor, el valor de los mismos no para en su escalada, y este sábado las petroleras ya dejaron entrever que habrá un nuevo aumento, esta vez en el orden del 5,5 por ciento.
Con este nuevo incremento, en un año el combustible ya trepó un 80 por ciento, y se trata del doceavo aumento consecutivo en cuatro meses.
En un comienzo las petroleras sostenían que la tendencia alcista era porque acompañaban la cotización del dólar, sin embargo en las últimas semanas la divisa norteamericana tuvo un compartimiento decreciente, pero esto no impidió que la nafta y el gasoil vuelvan a subir sus precios.
Los resultados, de a poco, comienzan a sentirse: mientras se incrementó levemente el consumo de la naftas súper, las versiones premium registraron una caída superior al 13 por ciento.
Por otra parte, al no haber un precio plano -esto es que el costo de distribución se divida equitativamente en todo el país-, las provincias más periféricas son las que padecen los valores más altos, entre ellas Misiones.