Denise Natalia Bianchi (20), es la ganadora N° 75 de IPLyC Social Inclusivo. De pequeña fue diagnosticada con el trastorno del espectro autista, y ahora cursa el segundo año de la licenciatura en psicología.
La joven se mostró feliz por el premio y celebró que el Instituto “ayude a quienes atravesamos por este tipo de problemas o situaciones, todos tenemos que tener la misma oportunidad, los mismos derechos, no importa las características o problemas. Todos somos iguales”.
Contó que anteriormente “estaba encerrada en mi propio mundo, no podía relacionarme con los demás, pero, gracias a la ayuda de los profesionales, fui evolucionando de a poco. Ahora me siento feliz con mis amistades”.
Manifestó que “tengo pensado invertir en mi futuro y en mis estudios. Agradezco al IPLyC SE por mi premio y por el de todas las personas. Les aseguro que hacen un buen trabajo al invertir su tiempo en ellas”.
Laura Czubarko, mamá de Denise, aseguró que “estamos felices por este inesperado regalo para mi hija. Nos mandaban mensajes que señalaban ella había salido sorteada, pero yo no contestaba porque no nos habíamos inscripto en un sorteo, y le advertía a mi hija que no atendiera si la llamaban. Hasta que vinieron a casa y nos dijeron que vayamos, que era cierto. Y eso hicimos”.
La mujer, de profesión bioquímica, reiteró que “me siento re feliz, en este momento la ayuda nos viene muy bien, es una inversión para el futuro de Denise, y para poder seguir estudiando. Me pone contenta que conserve el dinero para un buen objetivo”.
La profesional recordó que después del año de edad, Denise empezó “como a desconectarse, no respondía al nombre, no me miraba a los ojos, se autoflagelaba, no jugaba con otros niños, no hablaba. Entonces fuimos al Hospital Garrahan, donde le diagnosticaron autismo”.
En ese nosocomio, le recomendaron la terapia cognitivo conductual. “Los profesionales venían a casa y le enseñaban todo. A hablar, a que te mire, a que pueda salir de ese encierro. De lunes a viernes hace terapia con psicopedagoga, psicóloga, fonoaudióloga, porque el trastorno del espectro autista es algo que no se cura, se trata”.
Describió a su hija, como una persona “muy dulce, responsable, estudiosa, fue abanderada en la escuela pública, donde conoció a su amiga Brenda, que la ayudó muchísimo. En la secundaria también fue abanderada. Ahora está en un nuevo desafío, y tengo fe que va a llegar”.
Czubarko sostuvo que, a todo padre con un hijo con discapacidad, “le preocupa que va a ser de su hijo en su futuro. Quiero que ella pueda tener una actividad, que pueda vivir de eso cuando yo no esté, que no se limite a cobrar su pensión”
Agradeció al IPLyC SE, desde el alma, por esta ayuda para que pueda continuar con sus estudios, en este momento que la situación está difícil, y que pueda cumplir su plan de poder recibirse. Estoy muy agradecida, veo que está ayudando a muchísimas personas que sufren este problema. Que es algo que nunca se termina”.
A los papás, les envió una palabra de aliento y los instó a que “no bajen los brazos, que se puede. Los profesionales me decían, no te prometemos nada, adonde ella puede llegar. Por eso les digo que sigan. Muchas veces tenes ganas de abandonar la lucha y decir no voy, pero bajo la lluvia o como sea, hay que cumplir con los tratamientos, que se puede salir adelante”.