Valeria Garibotti, artista plástica, docente y muralista, es bonaerense de nacimiento pero misionera por adopción. Huellas de su obra artística están diseminadas por distintos puntos de la provincia. Como otros artistas que trabajan en Misiones, la relación con los temas ambientales ha marcado su obra. Lleva pintados en la Tierra Colorada más de 200 murales. Uno reciente que se ha transformado en un clásico es el que tiene que ver con la intervención que hizo en el espacio público conocido como el puente del Nodo Vial Posadas-Garupá (ex Garita del Kilómetro Diez). El mensaje que transmiten las imágenes tiene que ver con el cuidado de nuestra fauna. Va dirigido a todos, pero principalmente a los que tienen la responsabilidad de conducir. Es un grito contra la muerte de animales silvestres por atropellamiento. Pero un grito colorido, potente, imponente.
“La recepción de los murales relacionados con la conservación es muy positiva en la gente. Son trabajos de concientización, donde los vecinos participan, toman conciencia, tiran ideas y analizan qué hay que comunicar, es que cada municipio, pueblo, ciudad tiene su problemática particular.
Profundizamos el mensaje, que siempre es positivo y se interpreta claramente. Una vez que está la idea, se ve el espacio y se hace el boceto”, resumió la artista un proceso que en realidad lleva mucho análisis, porque propone un debate y generalmente una autocrítica de la comunidad.
Garibotti, quien reside en Candelaria y está al frente del emprendimiento Tinte Urbano, empezó a pintar murales en 2003, en la provincia de Buenos Aires. “Hicimos alrededor de 100 con la gente que iba a mi taller. Salíamos los fines de semana y cada obra homenajeaba a artistas famosos”, recordó.
Llegó a Misiones hace unos 15 años y siguió conectada con el muralismo: “Mostré lo que hacía y empecé a recorrer la provincia con el programa Esperanza de la Vicegobernación, que promovía la realización de murales con chicos y adolescentes, con el apoyo de UNICEF. Comunicábamos lo que eran los Derechos del Niño. En cada población armábamos un taller, donde los chicos participaban, hacíamos el boceto y al otro día pintábamos el mural”.
En 2019, fue una de los artífices de la obtención del Récord Guinness por haber hecho en uno de los muros de la zona primaria aduanera del puente internacional San Roque González de Santa Cruz el mural dibujado a lápiz más grande del mundo.
La temática social tiene fuerte presencia en sus obras. “El muralismo representa una comunicación entre una manifestación plástica y todos los ciudadanos que pasan por el lugar y lo ven. Es algo súper popular porque la mayoría de la gente lo ve y porque transforma espacios. Ya no es el mismo paisaje antes y después. Se genera un impacto visual urbano, una transformación. Para mí eso es lo más importante. Uno quiere llegar con el arte a la gente y transmitir un mensaje. En eso el muralismo es lo más acertado”, reflexionó.
La artista aseguró que cada obra le impone distintos desafíos: “Las dificultades del terreno, la distancia entre uno y el muro. El espacio que uno puede tener para plasmar la imagen, los materiales, la repercusión, la temática. Todo eso es lo que más me motiva”.
La mayor parte de esos trabajos son colaborativos. Distintos actores de la comunidad se suman. Es lo que sucedió en el Nodo Posadas-Garupá, un proyecto de Vialidad Nacional en articulación con la Dirección Provincial de Vialidad, la Secretaría de Estado de Cultura, Energía de Misiones, el IFAI y representantes del sector privado, como la empresa de transportes Crucero del Norte. Muchas manos de Posadas, Garupá y Candelaria pusieron color a esos muros, desde los cuales carpinchos, ciervos, aves y un majestuoso yaguareté les recuerdan a los automovilistas que deben respetar las velocidades máximas para cuidar la rica fauna misionera.
Garibotti y sus colaboradores han realizado murales en Puerto Esperanza, Profundidad, Candelaria y San Pedro, entre otras localidades. “La vinculación con los mensajes relacionados con la naturaleza surgió en un encuentro de muralistas que se realizó en Colombia, donde precisamente los temas eran la paz y el cuidado del medio ambiente. En Misiones hay mucha demanda de ese tipo de obras, porque transmite compromiso y alegría”, afirmó quien también ostenta el rol de Coordinadora de la región NEA del Movimiento Internacional de Muralistas.
Desde su taller de Mitre y Belgrano, una casona histórica de Candelaria, continúa con su ideal de “seguir haciendo y trabajando por el arte y la cultura”. Todo indica que habrá mucho más naturaleza en su obra, más murales que nos recuerdan lo valioso que tenemos y cómo debemos cuidarlo.