La irrupción de la pandemia de covid-19 a fines de diciembre de 2019 y el consecuente aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) que rigió por más de 200 días en el país, desde el 20 de marzo último, hicieron que muchos postergaran actividades deportivas que usualmente son necesarias para contrarrestar el estrés que generan las crisis económicas y situaciones extremas como la que atraviesa el mundo en la actualidad.
Sin embargo, las medidas de prevención, los protocolos y la llegada de las primeras vacunas permitieron que los clubes y gimnasios pudieran retomar su actividad lentamente en el cierre del tercer trimestre de 2020, y últimamente más activamente en espacios al aire libre.
Las personas que buscan comenzar una actividad física en el inicio del año deben contemplar el costo en su presupuesto. Un relevamiento respecto al precio de distintas disciplinas deportivas dio cuenta de un aumento de entre 30% y 60% en comparación con el año anterior.
Cabe recordar que la inflación de 2020 fue de 36,1%, mientras que los analistas prevén un alza de hasta el 50% para 2021. Situación que en medio de la recesión persistente erosiona el poder adquisitivo de los ingresos personales.
Practicar pilates, realizar un entrenamiento al aire libre, aprender a andar en rollers, jugar al tenis o inscribirse en un gimnasio en el que se pueden realizar varias de estas actividades, son algunas de las opciones. En todos los casos hay que contemplar la frecuencia semanal con la que se proyecta practicar, el costo y la indumentaria que requieren.
Según la Cámara Argentina de Gimnasios, los precios aumentaron en promedio un 30% respecto al año pasado. Los ajustes varían dependiendo de si se trata de un espacio de los denominados “low cost”, que oscilan entre $1.500 y $2.000, un “estudio boutique o especializado”, que puede ofrecer su actividad entre $2.800 y $3.000 por mes y los gimnasios en red o cadenas que cobran entre $3.500 y $4.500 mensuales.
“Allí además encontrarás diferentes promociones y planes que pueden significar una notable rebaja en los precios mencionados. Respecto a los gimnasios de barrio es donde encontramos bastante amplitud de precios ya que dependen a su vez, de qué tipo de instalaciones ofrezcan, por ejemplo, si cuenta o no con natatorio”, detallaron.
Asimismo, destacaron que la Cámara Argentina de Gimnasios realizó las gestiones correspondientes para que el sector sea incluido en los Programas de Fomento al Consumo Ahora 3, 6,12 y 18.
“La instrumentación de este tipo de políticas que permitan a los gimnasios paliar la crisis desencadenada por la pandemia es por demás fundamental para el sostenimiento de la actividad”, afirmaron las fuentes.
Con respecto al entrenamiento, detallaron que se dictan clases de baja intensidad y tanto las clases grupales como el salón de musculación se encuentran sujetas al aforo que dicta el protocolo que es del 30 por ciento.
De esa manera, se controla el acceso y la capacidad de los gimnasios a través de la reserva de turnos por actividad, lo que les permite saber quién está en el lugar con nombre y apellido y en cada horario.
Destacaron que la actividad física sirve para cuidar la salud de las personas de manera integral, fortalecer el sistema inmunológico, y aumentar la capacidad metabólica, para reducir los niveles de estrés y dar respuesta a enfermedades respiratorias.
“Es importante retomar el ejercicio físico con profesionales capacitados, en entornos seguros y ordenados como los que ofrece nuestro sector. Se aseguraron además, las medidas de distanciamiento, limpieza, desinfección, señalética y ventilación apropiadas, que los usuarios deben respetar y gracias a lo que no ha habido contagios desde la reapertura”, destacaron desde la Cámara de Gimnasios.
Con respecto a las clases virtuales que prevalecieron al principio de la pandemia, afirmaron que las continúan dictando aunque con menor concurrencia. “Algunos han logrado profesionalizar este servicio y ofrecerlo con un costo diferencial”, informaron.
Según Emmanuel Luceri, profesor de educación física e instructor de pilates, las clases aumentaron este año 43% interanual. Hacer actividad una vez por semana cuesta $1.850, mientras que dos veces sube a $2.300 y una tercera lleva el costo a 2.800 pesos.
“A través del método pilates se trabajan los músculos, se corrigen malas posturas y se desarrolla la concentración y la coordinación. Entre los beneficios de la actividad, que dura unos 55 minutos, también se destaca la mejora de la respiración y la circulación, se desarrolla la flexibilidad y se disminuye el stress”, destacó el instructor.
Agregó Luceri que el entrenamiento se realiza sobre un equipamiento que se llamar reformer y que incluye herramientas como pelota, banda elástica, bastones, aros flexibles, mancuernas y otros accesorios provistos por el profesor. “La dinámica con la pandemia cambió bastante. Hay gente que viene todos los días. Por otro lado perdimos alumnos de la tercera edad, alumnos con enfermedades previas como asma y diabetes. La gente que tiene hijos y no fueron a clases también dejaron de venir. La pandemia fue dura porque nos dejó siete meses sin trabajo”, analizó.
En lo que respeta a las clases virtuales, dijo el profesor que brindó ese tipo de entrenamiento aunque aclaró que no es la ideal dado que el alumno deja de tener un seguimiento riguroso que permita evitar lesiones.
“Dimos clases virtuales que concluyeron en enero. Pero no soy partidario de las clases virtuales porque hacerlo mediante un celular o una computadora no puede garantizar la seguridad de los alumnos. Se busca mejorar la calidad de vida de las personas y de esa manera no era posible”, aseguró Luceri.
Karina Cosenza, profesora de educación física e instructora de entrenamiento funcional da clases al aire libre, dijo que una actividad aeróbica, localizada y que ayude a mejorar la postura se puede pactar en $1.750 por ocho clases mensuales, lo que significa una suba del 30% anual.
Pero a diferencia de pilates se necesitan zapatillas deportivas o urbanas cómodas, que cuestan a partir de $5.500, en promedio.
“Las clases son de lunes a viernes, los alumnos eligen día y horario con 24 horas de anticipación. Respecto al año pandémico logramos resolver las clases grupales al aire libre con cupos reducidos, cada alumno lleva tapabocas alcohol y material propio para entrenar, desde una toalla hasta colchoneta, bandas, mancuernas”, dijo la instructora a este medio.
Deportes al aire libre
Pero además del entrenamiento, hay quienes se vuelcan por disciplinas deportivas vinculadas a la cuestión recreativa. Para estas circunstancias, algunas de las opciones que existen son el entrenamiento de tenis o la práctica de rollers o patinaje.
En ese marco, Martín Ghirardi, instructor de tenis dijo que el abono mensual por un entrenamiento semanal tuvo un aumento del 60%. El mismo varía según el horario: de 7 de la mañana a 17 es de $6.000; a partir de las 18 y hasta las 22 horas sube a 8.000 pesos″.
En este caso, es preciso contar con un par de zapatillas lisas para jugar en las canchas de polvo de ladrillo. En tanto, las raquetas y pelotas las suelen poner los profesores. Para aquellas personas más decididas que quieren arrancar las clases con su propia raqueta, los precios de las más básicas suelen tener un piso de $5.000, aunque se consiguen usadas más baratas.
La opción de practicar rollers, suele ser muy popular, sobre todo en el verano. En ese sentido, Milton Lazo, profesor de la especialidad dijo que implementó un aumento del 38% con relación a un año atrás.
Entrenar una vez por semana sale $1.600, mientras que hacerlo dos cuesta $2.600. La clase suelta, en tanto, tiene un valor de $500.
“La gente se fue animando a salir con el protocolo del distanciamiento y el barbijo puesto en la clase de rollers”, dijo Lazo. Y agregó: “Las clases grupales, en las que se incluye una entrada en calor, técnica y elongación, son claves para conocer los fundamentos básicos como la posición del cuerpo, cómo frenar y girar; y a medida que se va avanzando se enseñan técnicas como slalom, rolles hockey, patín carrera y rollers urbano que incluye herramientas y recursos para andar en la calle y ciclovías”.
Fuente: Daniel Blanco Gómez – Infobae / Fotos: Infobae.