Con la disertación del reconocido economista Martín Tetaz, quien transmitió conceptos relacionados con “lo que el dinero no puede pagar, lecciones de la economía de la felicidad” cerraron las 20° Jornadas Nacionales de Jóvenes Profesionales en Ciencias Económicas, que se realizaron del 17 al 19 de agosto en Posadas, y contaron con la participación de representantes de todas las provincias.
Durante los tres días, los jóvenes profesionales asistieron a numerosas exposiciones de trabajos de investigación, los cuales abarcaron los más variados temas como el nuevo rol del profesional, la influencia de la universidad en el desarrollo profesional del joven, el efecto coaching en las organizaciones, costo de las empresas digitales, digitalización de la documentación, grafología y recursos humanos, entre otros.
Pero, sin lugar a dudas, lo más convocante fueron las disertaciones de profesionales de gran jerarquía como César Litvin, Nora Fusillo, Martín Kerner y Martín Tetaz, este último encargado de cerrar las Jornadas con un tema que no sólo despertó interés, sino que movilizó a los asistentes.
Desde la visión de Tetaz la economía de la felicidad es “una rama de la economía que en vez de suponer que a la gente le va a gustar tener más ingreso o bienes, parte de preguntar: a la gente qué es lo que más le gusta. Utiliza encuestas subjetivas que tiene que ver con la satisfacción de las personas y, luego, –como buenos economistas- lo que hacemos es tratar de cruzar datos para ver cuáles son las variables de la economía real que inciden más o menos en esas satisfacciones, contestamos preguntas como ¿es verdad que tener más ingresos nos hace más felices, nos satisfacen más o cuáles son las cosas que realmente lo logran?”
Teniendo en cuenta lo antes expresado, Tetaz asegura que el resultado más interesante “es que no es cierto, que tener más ingresos no nos hace más felices, sí al principio hasta que se pueden satisfacer las necesidades básicas, pero después de un ingreso de clase media ya mueve bastante poco la aguja esto, y lo más importante pasa a ser el tiempo”.