Copa Libertadores: River ganó un partidazo y se acomodó

Con uno menos por la expulsión de Enzo Díaz, River derrotó 4-2 a Sporting Cristal y sumó los primeros tres puntos en el Grupo D. El Millo tuvo minutos fatales.

River navegó en aguas turbulentas pero enderezó el Barco en una noche fatídica. La notable capacidad para reponerse ante las adversidades fue quizá el atributo más destacado del equipo de Martín Demichelis en una jornada copera que no le dio respiro y reaccionó a tiempo, más allá de jugar con uno menos durante más de 45 minutos, para ganarle 4-2 al Sporting Cristal.

El equipo de Núñez empezó en desventaja en apenas 7 minutos tras un cabezazo de ignácio Da Silva, lo empató rápido por Nicolás De la Cruz y luego, con un gol de Esequiel Barco, lo dio vuelta. Sobre el final del primer tiempo, Enzo Díaz vio la roja y la visita lo empató al instante. Sin embargo, tras el descanso La Banda recuperó el dominio con otro grito de Barco y una delicadeza de Pablo Solari.

Con este resultado, el Millo sumó sus primeros 3 puntos en el Grupo D y quedó en el tercer lugar, detrás de Fluminense (6) y The Strongest, que cosecha la misma cantidad de unidades por haberle ganado en el debut, pero tiene mejor diferencia de gol.

De buenas a primeras la expectante noche de Copa Libertadores en el Monumental dio malos augurios para River, que llegaba con el cartel de super favorito por su presente en la Liga Profesional, pero que se topó con la realidad de que en este certamen continental no se perdona y en apenas un puñado de minutos el Sporting Cristal lo bajó de las nubes.

El equipo de Demichelis se durmió en la primera pelota parada y la escuadra peruana aprovechó para abrir la cuenta a los 7 minutos con un cabezazo de Ignácio Da Silva tras un tiro libre. El gol fue revisado por el VAR por posible offside y, después de trazar líneas, el local fue a sacar del medio.

Ese cachetazo despertó a River. Aunque por un momento se desesperó, luego recuperó la serenidad y empató a través de una jugada propia del estilo Demichelis. La Banda conectó a sus volantes en zona de tres cuartos, llevó el cuero hacia la izquierda y Enzo Díaz levantó un centro que Nicolás De La Cruz, como su hermano Carlos Sánchez en los mejores tiempos de Gallardo, definió con una palomita dentro del área que se coló contra el poste izquierdo.

Entonces River ya tomó el dominio del partido. Atropelló al Sporting. En una ráfaga de minutos, el palo le dijo que no a Rondón tras un cabezazo y luego el arquero Renato Solís le tapó con una volada espectacular un remate cruzado a Lucas Beltrán.

Y si de ráfaga hablamos, hubo otra, pero fatal, porque en cinco minutos River pasó de príncipe a mendigo: A los 35, Esequiel Barco dio vuelta el partido con un disparo rasante que se metió pidiendo permiso. Dos mas tarde, Enzo Díaz bajó a Corozo que se iba mano a mano y vio la roja. Y de ese tiro libre, el propio Corozo la clavó en el ángulo.

El segundo tiempo fue de color riverplatense. Esequiel Barco encaminó el 3-2 y luego Pablo Solari, con una excelsa definición por encima del arquero tras una magnífica asistencia de Enzo Pérez, estableció el cuarto grito que puso cifras definitivas.

River dio una gran muestra de carácter y se redimió de la derrota inaugural. Consiguió tres puntos vitales que seguro le darán gran inyección anímica, no sin antes advertirle que en la Copa el trámite no será tan sencillo como en el campeonato. El Monumental volvió a vibrar y la máquina sigue derecho.