El equipo de Nutrición del Ministerio de Desarrollo Social, la Mujer y la Juventud realizó capacitaciones en comedores de la ciudad de Posadas en el marco del Protocolo Provincial de Medidas Higiénico-Sanitarias. Estuvieron destinadas a los cocineros y encargados de los establecimientos, para una manipulación adecuada de los alimentos, elementos de cocina y de sanidad de frutas y verduras. Se trató de la segunda parte de un programa que comenzó con los trabajadores de las cocinas centralizadas. En esta ocasión, las charlas apuntaron a comedores y merenderos que elaboran los alimentos y distribuyen en su comunidad.
Las disertaciones se hicieron, al mismo tiempo, en los comedores del Club Guardería, el Club de Abuelos Solidaridad, la Asociación de Atletas Las Liebres, el Jardín Maternal Virgen de Schoenstatt, los hogares de ancianos Agustín Duarte y de niños Isabel Llamosas de Alvarenga. Las nutricionistas explicaron las medidas sanitarias a implementar durante el proceso de elaboración de los alimentos, desde la recepción de insumos, la preparación de los ingredientes y posterior entrega. “Lo importante es que no genera un costo, solo es una cuestión de conducta”, detalló Florencia Córdoba, coordinadora del área de Nutrición del Ministerio de Desarrollo Social.
Reabrir siguiendo el protocolo
Cuando se decretó el aislamiento social y obligatorio estas entidades tuvieron que suspender la actividad, incluyendo la cocina. Ante la flexibilización de la cuarentena, decidieron abrir nuevamente la cocina para que las familias, que atraviesan una situación adversa, accedan a un plato de comida. “Gracias al aval del encargado del instituto y del Ministerio de Desarrollo Social pudimos reanudar y avisarle a las familias que vengan a buscar el almuerzo”, señaló Nélida Duarte, directora del Instituto Inmaculado Corazón de María.
Actualmente, el número de comensales aumentó debido a que muchas familias vieron interrumpidos sus ingresos económicos durante la cuarentena. Al respecto, Marita Zarza, maestra coordinadora del Jardín Maternal Nuestra Señora de Schoenstatt, comentó que también asisten a los vecinos del establecimiento. “Actualmente servimos alrededor de 30 tupper, que serían cerca de 120 porciones”, indicó. La cocina se mantiene con las provisiones otorgadas por la cartera social y las donaciones de vecinos de los docentes y particulares que conocen la situación de los diferentes comedores comunitarios.
Aumentar las raciones
Las cocinas de los hogares de ancianos también tuvieron que aumentar las raciones, porque los adultos mayores no pueden retirar sus bolsones de mercadería. “Regularmente cocinábamos para 29 abuelos, ahora se prepara la comida para 50”, explicó Virginia Báez, presidenta del Club de Abuelos Solidaridad de la Chacra 111. En este caso, al tratarse de un grupo de riesgo, un familiar o vecino se encarga de buscar los alimentos para evitar que salgan a la calle. “Les pedimos que esperen, que ya habrá tiempo para caminar”, remarcó Virginia.
De esta manera, además de aportar los alimentos e insumos necesarios para el funcionamiento de estas cocinas, el Gobierno de Misiones brinda capacitaciones en materia de seguridad alimentaria y sanitaria a quienes ofrecen este servicio a la comunidad. Los comedores trabajan de lunes a viernes para acercar un plato de comida a las familias de los barrios, durante el aislamiento social y obligatorio.