Un momento muy emotivo para toda la comunidad se vivió este domingo cuando la imagen de Nuestra Señora de la Asunción de Acaraguá y Mbororé, desde La Cruz (Corrientes), visitó Campo Grande, por primera vez desde que fue llevada de territorio misionero –donde fue tallada- hace casi cuatro siglos.
Acompañados por una comitiva que partió desde la localidad de origen, dirigida por el párroco Jorge Gómez y el intendente cruceño, Luis Calomarde; cruzaron a Porto Vera Cruz (Brasil), y pasando por Panambí, sumando fieles devotos y seguidores de la historia y la cultura misionera, jesuita y guaraní, llegaron a Campo Grande, donde la Virgen -junto a la procesión- fue recibida por el intendente Carlos Sartori, el padre José Araujo, funcionarios municipales, provinciales, la comunidad religiosa y vecinos camprograndenses.
Primero una visita obligada a la naciente del arroyo Acaraguá, zona donde los jesuitas liderados por el padre Pedro Romero fundaron la reducción homónima, que sería en realidad un punto de “espionaje” para poder anticipar los movimientos de los bandeirantes y estar mejor preparados para defender a las misiones de un ataque.
Luego, como punto de encuentro la rotonda de acceso a Campo Grande, y desde ahí el acompañamiento como una verdadera fiesta de reencuentro, hasta llegar a la Parroquia San Rafael Arcángel donde se celebró la misa conjunta, con las autoridades municipales presentes, y Sartori como el anfitrión de la comitiva correntina, del Paraguay y Brasil, los sacerdotes Gómez y Araujo tuvieron a cargo de llevar el mensaje religioso en tan particular acontecimiento.
Seguidas las palabras por la historiadora, especialista en el estudio de las Misiones y en particular de esta parte de la historia, María Angélica Amable, la Arq. Myriam Avila, coordinadora General de la Agencia de Desarrollo Trinacional de las Misiones Guaraníes; y vecinos que se acercaron hasta no dejar un espacio sin ocupar dentro de la parroquia, también un ícono de la ciudad.
“Es una alegría inmensa tanto para quienes comulgan con la religión Católica como para los que no, por la significancia y el valor histórico cultural que tiene para nuestra zona y nuestra comunidad que la Virgen, que ha sido tallada por manos aborígenes como gratitud por la victoria tras esa gran batalla naval que fue la de Mbororé, y que vuelva justamente a las nacientes del arroyo Acaraguá, es un paso importante a la historia y a nuestras propias raíces”; resaltó el intendente Sartori.
Tras la misa, el jefe comunal local distinguió a las personalidades presentes, entregándoles un cuadro de Nuestra Señora de la Asunción de Acaraguá y Mbororé, para recordar la jornada histórica que se vivió el mismo día que se conmemoró el 377 aniversario de la Batalla de Mbororé.
Desde la subsecretaría de Cultos de Misiones, Rossana Barrios, sostuvo al momento de recibir el presente “traigo el saludo del gobernador Hugo Passalacqua, destacando la labor del intendente Sartori por mantener la comunión comunitaria, para seguir construyendo una provincia en paz y hermanada, afianzando la fe, la esperanza y la caridad”.
“Es una emoción muy grande haber realizado todas estas actividades, ver también la respuesta de la gente, para nosotros es a nivel sociedad es muy fuerte la imagen de la Virgen, la veneramos todo el año y la cuidamos muy celosamente, por eso es histórico lo que aconteció porque nunca había traspasado la frontera de Corrientes con la imagen”, recalcó el intendente de La Cruz, Calomarde.
Por su parte, el padre Araujo señaló que “para nosotros esta jornada representó un impacto muy fuerte, porque hasta hace muy poco no nos animábamos a asociar que el Acaraguá nace acá en Campo Grande, y que eso tiene una riqueza que va más allá de lo religioso, sino que tiene profundos cimientos en lo cultural e histórico; no estábamos preparados para recibir al imagen de Nuestra Señora de Acaraguá y Mbororé, y esto fue una sorpresa inmensa que vivimos con mucha alegría toda la comunidad campograndense”.
Finalmente, Sartori destacó este acontecimiento tan importante para la localidad “nos compromete aún más a trabajar en ese rescate de parte de nuestras raíces misioneras, y que tiene que ver tanto con nuestros orígenes como así también con los derechos humanos, es un delicado momento que nos toca vivir a nosotros para redescubrir nuestra propia historia”.