Importantes avances está logrando el grupo de apicultores de El Soberbio nucleados en el Programa de Apicultura Subtropical Sustentable que lleva adelante el Instituto de Fomento Agropecuario e Industrial (IFAI). En los últimos días recibieron indumentaria especial para desarrollar la actividad sin riesgos, mientras acuerdan los próximos pasos para mejorar la extracción y comercialización de la miel según las exigencias del mercado y con el valor agregado que aporta la biodiversidad de la región.
La coordinadora del programa, Graciela Hedman, explicó que “de los 45 productores que comenzaron el curso hace dos años, 30 cumplieron con todas las actividades establecidas: clases teóricas, prácticas y trabajo de campo. Esta es una exigencia para permanecer en el programa y recibir el apoyo necesario para promocionar la actividad”. Fueron estos productores de El Soberbio quienes recibieron buzos para la actividad apícola, por parte del IFAI que lleva adelante el Programa de Apicultura Subtropical Sustentable. Con estos equipos, las mujeres, jóvenes y hombres -que conforman este grupo- cuentan con la indumentaria necesaria para desarrollar la actividad apícola.
La entrega se concretó el jueves pasado, en El Soberbio con la presencia del presidente del IFAI, Ricardo Maciel; Graciela Hedman, coordinadora del Programa de Apicultura Subtropical Sustentable, y Carlos Rodríguez, director de Producción del municipio.
“El Soberbio es una zona representativa de la biodiversidad, por lo que la miel de la zona es muy rica”, explicó Hedman. Al mismo tiempo, informó que “ahora el desafío para el grupo es lograr un buen sistema de comercialización que los beneficie con los precios. También resolver la cuestión de la extracción de miel de manera que puedan ingresar al mercado con las condiciones que se piden”.
La coordinadora destacó “el muy buen trabajo colectivo del grupo, porque la mayoría no tenía experiencia previa con las abejas y ahora tienen entre 20 y 40 colmenas cada uno y ya realizaron las primeras cosechas de miel de muy buena calidad, con el valor agregado de la biodiversidad existente en la zona”.
Estos productores comparten el trabajo con las abejas, con otras actividades rurales de la zona. Se dedican al tabaco, caña, ganadería y piscicultura. En general son pequeños agricultores que diversifican la actividad, preservan el monte o viven cerca de las áreas de reserva y apostaron a la miel sabiendo los beneficios que aporta la biodiversidad en el producto. “Al estar en el programa suman otro valor a la chacra y otro ingreso para la subsistencia familiar”, explicó Hedman.
Respecto al Programa de Apicultura Subtropical Sustentable, la coordinadora hizo hincapié en que “una de las exigencias es que asistan al 80 % del curso –clases teóricas, prácticas y trabajo de campo- para acceder a los beneficios en términos de insumos para que así sean bien aprovechados. Esto reporta buenos logros en el producto a comercializar y en más ganancias para los que hicieron el esfuerzo por cumplir las metas”.
La miel de abejas es un alimento muy valorado actualmente. En el mercado nacional e internacional se promociona justamente los productos que reúnen la variedad que aporta la biodiversidad de la flora misionera.