Agro: recomendaciones para promover aliados naturales para la yerba mate

En los yerbales de Misiones, los insectos benéficos cumplen un rol fundamental para mantener la sanidad de las plantas y favorecer su rendimiento. Depredadores y parasitoides actúan como aliados naturales en el control de plagas que dañan hojas, ramas y troncos, su presencia puede contribuir a mejorar la calidad del cultivo y a avanzar hacia sistemas más sostenibles y competitivos.

Diana Ohashi, investigadora de la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Cerro Azul del INTA, explicó que la presencia y conservación de estos insectos “contribuye a mantener sanos los cultivos, favoreciendo el rendimiento y reduciendo la necesidad de intervenciones químicas”.

La investigación confirmó que estos insectos ayudan a controlar, de forma natural, plagas como el rulo, el taladro y la marandová. “Favorecer y conservar insectos benéficos permite mantener las poblaciones de plagas en niveles bajos sin recurrir constantemente a agroquímicos”, explicó Ohashi. Según señaló, aplicar tratamientos químicos solo cuando el monitoreo indica alta presencia o aumento sostenido de plagas “optimiza el manejo, reduce gastos innecesarios y preserva el equilibrio del sistema productivo”.

Por su parte, Daniela Ayala, investigadora de la EEA Cerro Azul del INTA, destacó que entre las prácticas recomendadas para promover a estos aliados naturales se encuentran “la conservación de cortinas rompevientos y franjas de vegetación diversa que sirvan de refugio y alimento, el uso de coberturas vivas que aporten polen y néctar, y la aplicación de agroquímicos con criterio, evitando su uso preventivo sin justificación”.

Desde el INTA Cerro Azul señalaron que reducir el uso de agroquímicos protege a insectos benéficos y polinizadores, mantiene el equilibrio biológico en la chacra y disminuye residuos en la cosecha. Esto último, “es clave para acceder a mercados con exigencias más estrictas”.

Ayala remarcó que, si bien aún no existen datos que vinculen directamente el control biológico con aumentos medidos en la producción, “las observaciones en campo muestran mejoras en la sanidad de los brotes y una disminución visible del daño cuando se conservan enemigos naturales”.

Por esto, desde el INTA se recomienda realizar monitoreos periódicos, especialmente en primavera, la época de mayor actividad de insectos. “Las inspecciones deben hacerse en las primeras horas de la mañana, observando brotes, hojas y tallos para registrar tanto plagas como insectos benéficos”, detalló Ayala.

“Integrar el control biológico con otras prácticas como mantener la diversidad de plantas dentro y alrededor de la chacra, conservar bordes no tratados químicamente y realizar podas sanitarias o manejo de coberturas contribuye a reducir focos de plagas y fortalecer la sanidad del cultivo, concluyó.