Adultos mayores: la publicidad online encuentra un nuevo nicho de mercado en medio de la pandemia

Con el aislamiento obligatorio, los adultos mayores se vuelven un segmento de riesgo también para el uso de nuevas tecnologías: son usuarios activos en redes sociales, sin embargo, el marketing digital a menudo los olvida. Además, una lista de apps útiles para esta audiencia que quiere dejar de estar desatendida en el plano digital.

Además de ser grupo de riesgo frente al COVID-19, los adultos mayores se enfrentan a otro desafío: la tecnología. Si bien según uno de los estudios de referencia, cuatro de cada diez adultos mayores ahora poseen smartphone, más del doble de lo afirmado en 2013; muchos no utilizan todas sus funciones: ya sea por desconocimiento o por problemas de accesibilidad que hacen las apps no los integren del todo.

“Una buena opción para sortear el problema son los asistentes de voz, que otorgan la sensación de compañía, tienen mucha utilidad al momento de realizar pequeñas tareas o consultas rápidas, sin embargo, para la mayoría de los adultos mayores no deja de ser una herramienta poco explotada y compleja. Un ejemplo claro de estos asistentes es la infaltable Siri en los modelos Iphone, misma que está desaprovechada ya que nadie les ha explicado a detalle los alcances que tiene y por ende no están familiarizados con esa tecnología.” señala Abel Santos, Client Strategy en Extendo, empresa que diseña, produce y entrega soluciones Data Driven Marketing.

La oferta de productos, servicios y soluciones que deberían de ser útiles a este segmento de mercado desatendido, en crecimiento acelerado, listo para ser sorprendido y pendiente de todo aquello que se le pueda ofrecer. Lo significativo es que los creadores de apps aún parecen estar descifrando este público en el que a menudo no se piensa como consumidor.

“Otro ejemplo es el de dispositivos y videollamadas. En principio estas herramientas pueden resultar beneficiosas al brindar una situación de cercanía, pero hay aspectos que pueden presentar problemas. Muchos de los usuarios que no están familiarizados con este tipo de apps pueden tener dificultades al encontrar los iconos para atender las llamadas, validar usuarios y claves, administrar contraseñas y lo más básico: tipear confortablemente en teclados que suelen ser más bien pequeños.” explica el Client Strategy de Extendo.

Es allí donde encontramos una palabra clave: UX o diseño de experiencia de usuario: se trata de cumplir una serie de condiciones al momento de desarrollar un producto digital como por ejemplo tamaño de la fuente grande, iconos ampliados, textos cortos y de fácil lectura

Debemos pensar en mejorar el UX de nuestros adultos mayores de tal forma que el “conectarse” al mundo digital sea lo más simple posible.

En cuanto a las redes sociales, el caso es curioso: cada vez crece más el número de personas mayores que tienen una cuenta en Facebook, pero, ¿alguna vez se ha visto publicidad en estos medios enfocada a este segmento? Es algo que en definitiva, no vemos anunciado en las plataformas y que evidentemente necesita ser difundido en esta audiencia.

Sin embargo, hay algunos casos donde las apps pueden cumplir su rol de servicio, beneficio y experiencia útil. Aquí, algunos ejemplos:

Prime Alert. Aplicación de alerta a través de GPS que avisa a familiares y médicos de dónde se encuentra la persona.

Medisafe o Pillboxie. Aplicaciones que avisan cuándo se ha de tomar los medicamentos, además, informa a los familiares si lo ha hecho.

Memory Trainer. APP gratuita que consta de ejercicios para fortalecer la mente. Hechos por profesionales de la psicología y la educación.

BIG Launcher. Aplicación para personas con visión reducida. La distancia entre íconos y el teclado es mucho mayor.

“La pandemia se ha convertido en un catalizador del crecimiento digital. La adopción por parte de un segmento de la población que originalmente no lo utilizaba, brinda crecimiento y oportunidades. Solo hay que recordar que es responsabilidad social de todos apoyar al grupo vulnerable y ofrecerle soluciones prácticas y útiles. No lo veamos como una oportunidad de venta sino en una estrategia a largo plazo para desarrollar tecnologías que proporcionen una mejoría en la calidad de vida del ser humano en esta etapa vulnerable.” finaliza Abel Santos.

Hoy el COVID-19 es un buen pretexto para evidenciar una mala práctica que hemos venido realizando hace tiempo y que debemos eliminar: el problema sigue siendo la manera en que consumimos la información, es por esto, que antes de seguir esparciendo este contagio, aprovechemos las siguientes medidas preventivas para erradicar esta nueva pandemia:

– Cuestionar todo lo que se lee y entender en qué contexto se dio la nota.

– Verificar siempre la veracidad de los datos y la fuente.

– En un tema con carácter informativo dudar de todas aquellas notas que apelan al sentimiento del lector.

– Evitar compararse con otros países o regiones sino es para replicar las “best practices”.

Informarse, sí, pero como medida de protección y apoyo para la población, ten esto en mente siempre y no consumas datos que solo alimentan la falsa sensación de seguridad y control.

Sí, enterémonos, alentemos nuestra parte obsesivo – compulsiva con todo aquello que esté disponible a nuestro alcance, pero con un distinto enfoque; no para alimentar el miedo irracional o la paranoia colectiva. Informémonos para prevenir, para actuar, para evolucionar, para saber cómo puedo ayudar a los demás, saber qué pasa en las industrias y la economía mundial, para hacer un plan de cómo y por dónde empezar una vez que todo regrese a la normalidad, básicamente elaborar planes de contingencia al corto plazo y que garantice un crecimiento en el futuro.