La gestión de los residuos verdes posibilitó brindar una reutilización de estos materiales que, mediante sus propiedades permite fortalecer los distintos ejemplares arbóreos, como así también el embellecimiento de monumentos o la recreación de distintas imágenes alegóricas y proteger el suelo.
Esta práctica sostenible tiene dos orígenes. La primera se basa mediante los operativos integrales de poda que se realizan entre los meses de mayo a agosto, mientras que la otra las realizan de manera privada los vecinos.
A través de un cronograma de corte y de recolección, estos elementos son enviados al Centro de Acopio y al Centro Verde, en donde se realiza el triturado apropiado para su óptima descomposición.
El personal técnico aseguró que hubo un aumento significativo en la capacidad de retención de agua y nutrientes del suelo, mejorando así las condiciones para el crecimiento y desarrollo de las plantas. Además, la diversidad biológica en estas áreas ha experimentado un aumento notable, con la proliferación de microorganismos beneficiosos para el ecosistema.
Hasta la fecha, se han recuperado y protegido más de 40 mil metros cuadrados de suelo urbano. Este enfoque no solo demuestra la viabilidad de la economía circular en el ámbito urbano, sino que también destaca la importancia de la colaboración entre la ciencia, la industria y los responsables de la toma de decisiones para abordar los desafíos medioambientales.