Boca Juniors se impuso 4-2 en los penales ante Palmeiras, tras empatar 1-1 en los 90, y clasificó a la final de la Copa Libertadores: enfrentará a Fluminense.
¡Boca Juniors es finalista de la Copa Libertadores! En San Pablo, el Xeneize derrotó 4-2 a Palmeiras en los penales, luego de empatar 1-1 en tiempo regular, y jugará la final del torneo frente a Fluminense. Edinson Cavani (B) y Joaquín Piquerez (P), los autores de los goles.
No es el Boca de Jorge Almirón, es el Boca de Sergio Romero. El arquero volvió a ser implacable durante el partido pero sobre todo en los penales, y es el gran responsable de que el Xeneize esté nuevamente, después de cinco años, en la final de la Copa Libertadores.
El primer tiempo fue controlado por Boca, que si bien fue a San Pablo a defenderse, no se colgó del travesaño. Se armó bien con líneas ordenadas y buscó atacar con pelotas largas. Y pasados los 20 minutos, cuando todavía no había pasado nada más que un remate bien contenido por Romero, el Xeneize se puso en ventaja.
Merentiel transformó una pelota despejada por su defensa en una ocasión de gol. La aguantó sobre la línea y limpió a Gustavo Gómez para irse solo por la raya y asistir a Cavani, que esta vez debajo del arco no falló. Lejos de quedarse, Boca siguió defendiéndose pero ahora con pelota, y tuvo otra situación con un disparo lejano de un descomunal Barco, el mejor del PT.
Palmeiras fue el mismo de la ida, pero parado más adelante. No tuvo claridad con pelota y lo único que hizo fue tirar centros llovidos al nueve que no tenían -porque Rony no es referencia de área-. Pero para el segundo tiempo entró Endrick y revolucionó el ataque. Con presencia y atrevimiento, el juvenil en pocas intervenciones hizo lo que el Verdao no pudo en todo el primer tiempo. Y encima, raros cambios de Almirón contribuyeron a la mejora de los brasileños: sacó a Merentiel y Barco, los dos mejores.
Y a partir de allí comenzó a empujar. Y fue, con más fútbol pero también con más decisión. Romero se hizo gigante con dos tapadas magníficas pero nada pudo hacer ante un remate seco de Piquerez que se le metió más por potencia que por direccionamiento. Minutos antes, Marcos Rojo se había ido expulsado por doble amarilla. Y ese fue el quiebre que complicó a Boca.
Con uno menos, el Xeneize se aferró al empate para aguantar hasta los penales. Lógicamente, Palmeiras se abalanzó para ganarlo y allí fue cuando ‘Chiquito’, que ya le había atajado un buen cabezazo a Rony, se agrandó. En otra doble jugada para el infarto, el arquero le desvió una chilena al propio Rony y venció en el duelo del rebote a Endrick, que la quiso cancherear. Cavani también tuvo una chance para ganarlo pero falló.
Y así, la historia llevó a un Boca que parecía condenado a su zona de confort: los penales. Cavani erró el primero y la noche pareció negra, pero apareció Romero ante Veiga. Valdez metió el segundo y ‘Chiquito’, no conforme con el primero, se lo tapó también a Gustavo Gómez. Valentini y Figal acertaron los suyos, mientras que Kevin y Piquerez convirtieron los del Verdao.
El decisivo le quedó a Pol Fernández. El tantas veces criticado por los propios hinchas pese a la banca de Riquelme. Y el volante, que tuvo un buen partido, la metió para concretar el pase de Boca a la final de la Copa Libertadores. Después de tres series de penales, el Xeneize está ante el último paso en busca de la ansiada Séptima: Fluminense, el sábado 4 de noviembre en el Maracaná.
Fuente: Diario Popular