Lo que enfrentó River en Perú, además de la tensión de la previa, fue un típico duelo de Copa Libertadores. Complejo, cerrado, que costó un arduo trabajo para abrir pero que logró desbloquear con la vuelta al gol nada menos que de Matías Suárez, el delantero que entró desde el banco y le dio la victoria por 1-0 ante Alianza Lima por el debut del grupo F.
Desde la hora del arranque la jornada se le había puesto brava para el Millonario, que no encontraba la manera de doblegar un férreo cerrojo peruano que, para colmo, puso en apuros a Franco Armani con un intento de chilena de Benavene cerca del inicio.
Una de las pocas producciones con sabor a gol del conjunto de Núñez en el primer tiempo se dio a los 35 minutos con un cabezazo de David Martínez tras un tiro de esquina. Pero poco más que eso, porque a River lo asediaba el fastidio de no poder romper, ni siquiera con Julián Álvarez, de pólvora mojada.
El complemento empezó con vértigo para la Banda por un cabezazo de Ramos que atajó firme Armani, a puro relejo, aunque el equipo de Gallardo se acomodó con un tiro de media distancia de Barco que obligó al arquero peruano Ángelo Campos a revolcarse por el suelo.
Con el ingreso de Quintero intentó encontrar aquello que le faltaba. Romper líneas, rematar desde afuera, despejar el horizonte. Pero el colombiano también fallaba. Hasta que a los 65, el que tuvo que frotar la lámpara fue el Araña Álvarez.
El jugador «de moda» del fútbol argentino trasladó de derecha a izquierda, advirtió la diagonal de Suárez y la metió en cortada para que el cordobés meta un derechazo cruzado. Pelota al lado del palo, golazo y 1-0 para River gracias a un goleador que extrañaba.
Sobre el final sufrió la lógica iniciativa de Alianza por empatar. De todas maneras, River se sostuvo sólidamente, ganó un choque durísimo y sumó tres puntos de oro para comenzar con el pie derecho. Lo más oscuro de la noche fue una preocupante lesión de Rojas en el descuento, que derivó en la expulsión de Marco Rodríguez.