Argentina empató con Ecuador 1-1 en un partido que parecía tener controlado pero el equipo de Alfaro lo igualó sobre el final.
Final con un sabor agridulce para la Selección Argentina, para la Scaloneta, que, en Guayaquil, con todo el público en contra y un clima poco propicio para la práctica del deporte, igualó 1-1 con Ecuador y concluyó las Eliminatorias invicto, apenas por detrás de Brasil, seleccionado con el que aún le resta resolver un asunto pendiente después del papelón de los funcionarios sanitarios verdeamarelhos el pasado mes de septiembre.
Esta vez, con varios suplentes, que buscan ganarse un lugar en el plantel que viajará a disputar el Mundial a Qatar a fin de año, el representativo nacional no brilló, pero fue solvente en ambas áreas. En la propia para frenar los embates del local que durante los 20 minutos iniciales lo metió en su campo. Y en la otra para definir el partido con un gol de Julián Álvarez a los 24 minutos de la primera parte.
Era victoria y cierre ideal, pero sobre los 46 minutos el árbitro Raphael Claus vio una mano de Nicolás Tagliafico dentro del área (no dio la impresión que el balón pegara en su humanidad) y aunque Gerónimo Rulli rechazó el consecuente penal, Enner Valencia tomó el rebote y dejó sin chance al arquero para sellar el resultado definitivo.
Más allá de la amargura del epílogo, el equipo elevó a 31 los encuentros sin conocer la derrota, igualando el récord que obtuvo el seleccionado nacional dirigido por Alfio Basile en su primer ciclo que dio inicio en 1991 y terminó con la triste eliminación en el Mundial 94 de Estados Unidos, aquel recordado por ser el que a Diego Maradona le cortaron las piernas.
Fue un digno final para una muy buena Eliminatoria de un equipo que se ha ganado merecidamente ser uno de los favoritos para la cita ecuménica que dará inicio en noviembre y cuyo sorteo tendrá lugar el próximo viernes. No es el único, obviamente, pero por su solidez da para ilusionarse con fundamento.
Ecuador fue más en el primer tiempo, pero Argentina fue más eficaz y por eso se fue al descanso en ventaja por la mínima diferencia.
El conjunto orientado tácticamente por Gustavo Alfaro manejó la pelota y fue muy incisivo en cada ataque que inicio por el flanco izquierdo donde Romario Ibarra desniveló continuamente a Gonzalo Montiel.
Sobre los 5 estuvo cerca el anfitrión cuando un tiro libre ejecutado desde el flanco izquierdo por Pervis Estupiñán fue cabeceado dentro del área por Robert Arboleda y cuando la pelota tenía destino de red apareció Nicolás González para mandar la pelota al córner con otro cabezazo.
Y a los 11 el que desbordó por izquierda fue Michael Estrada, que lanzó un centro bajo que fue despejado dentro del área chica por Nicolás Tagliafico cuando acechaba Alan Franco.
Pero cuando el partido era patrimonio del seleccionado tricolor, se juntaron los talentosos y desnivelaron para quebrar la resistencia ecuatoriana. Una buena acción de Alexis Mac Allister y Lionel Messi derivó en un centro desde la izquierda de Nicolás Tagliafico y Julián Álvarez le puso su sello definiendo con un disparo bajo y cruzado. Primer partido de titular y primer gol para el crack.
Fue tal vez un premio excesivo para el representativo albiceleste, pero los partidos se definen en las áreas y en ambas fue superior el equipo que conduce Lionel Scaloni. Además, el gol le dio tranquilidad al equipo argentino que sobre los 40 pudo aumentar con un cabezazo de Nicolás Otamendi, tras centro de Rodrigo De Paul, que salvó con lo justo el arquero Hernán Galíndez.
En el complemento el ritmo fue declinando. los jugadores pagaron el esfuerzo realizado en los 45 minutos iniciales, en un contexto de clima caluroso y húmedo, y el desarrollo fue más trabado e impreciso. Y caliente, ya que hubo algunas infracciones dudas y en más de una oportunidad hubo algunos que estuvieron al borde de irse a las manos.
Los minutos se fueron consumiendo sin demasiadas acciones de riesgo frente a los arcos. Un disparo de Mena que se fue cerca pudo darle el empate a los ecuatorianos. Y no hubo mucho más. Hasta el cierre cuando el árbitro (y los integrantes del VAR) vieron que un cabezazo de Mena dio en la mano de Tagliafico. Rulli pudo con disparo de Valencia, pero no pudo evitar que el delantero nivele las cosas al capitalizar su rebote.
Quedó un sabor algo amargo, por lo acontecido en esos minutos finales, pero ese gol no cambio mucho, tan sólo un resultado que tampoco interesaba tanto. El balance fue positivo de todas maneras.
Todavía queda mucho trayecto por recorrer, pero este equipo cada vez se consolida más. Cambian algunos nombres pero la estructura sigue siendo muy compacta. Hay razones para soñar.