“Pasaron tres meses desde que el intendente firmó el decreto 1478 por el cual se ponía en vigencia la readecuación de la tarifa para el transporte urbanos de pasajeros pero con ciertas condiciones que a su vez las prestatarias nucledas en la asociación Empresarios Unidos del Transporte Automotor (EUTA), debían cumplir en mejora de la calidad del servicio, el aumento del boleto a partir del 1 de enero de este año comenzó a regir instantáneamente, casi con la misma velocidad con la que se olvidaron de cumplir con los ítems restantes”, de esta manera el defensor del Pueblo de Posadas, Alberto Penayo, salió a cuestionar a los empresarios que siguen haciendo caso omiso al decreto municipal.
“Los reclamos por los incumplimientos en frecuencias y horarios son constantes, es más tenemos actas en las que los vecinos demuestras que ni siquiera cumplen con los recorridos, tampoco habilitaron más puestos de venta del SUBE Misionero, ni mejoraron los refugios, sigue el desconocimiento sobre los cambios de líneas porque no han invertido en una campaña de comunicación”, remarcó Penayo y agregó “es tiempo de que las empresas comiencen a cumplirle a los usuarios”.
En ese sentido, el ombudsman posadeño recordó que desde la Defensoría “con los principales puntos demandados por los vecinos de Posadas, que nos hicieron llegar a través de sus contantes reclamos, hicimos una nota y juntamos firmas consiguiendo miles de avales de la comunidad, este documento no sólo se lo hicimos llegar a la EUTA, sino también al Municipio y a la Cámara de Representantes de la Provincia”.
“El primer día de enero no demoraron ni 10 segundos en implementar el aumento del boleto, sin embargo seguimos esperando, y ya con indignación, que cumplan con las exigencias que el propio Departamento Ejecutivo Municipal dejó expresamente establecidas por decreto, es decir que las empresas de transporte no sólo tienen total desaprensión por los usuarios, por los posadeños, misioneros y visitantes que usan el transporte público, sino que también por las autoridades municipales”, recalcó el defensor.
En esa línea continuó “la desidia es tremenda, esto afecta a trabajadores, niños que concurren a la escuela, personas con problemas de salud, madres, embarazadas, adultos mayores, que ya no saben dónde esperar el colectivo porque cuando quiere deja de entrar a determinados barrios, que tampoco saben ya a qué hora va a pasar, y que no tienen un lugar adecuado para esperar, y cuando al fin pasa el transporte, viajan completamente hacinados”.
“Es momento de que cumplan con lo pactado en el contrato de concesión, o si no el mismo entre en urgente revisión”, concluyó Penayo.