El gobernador Hugo Passalacqua participó en la noche de este jueves en la apertura de la Fiesta Nacional del Inmigrante, en su cuadragésima edición, convocatoria que reúne en el espacio del Parque de las Naciones de Oberá a más de una docena de colectividades que rememoran durante diez días, los días fundacionales de la localidad que fue poblada por familias llegadas desde diferentes lugares del mundo.
El mandatario provincial tuvo a su cargo el tradicional corte de cinta a la entrada del Parque de las Naciones, lugar donde se ubican las casas típicas de cada una de las colectividades y el escenario mayor denominado “Norguss Jacob”. Junto al intendente local Carlos Fernández, los ministros de Educación Ivonne Aquino y de Turismo, José María Arrúa; el titular de Vialidad Provincial Leonardo Stelatto y numerosas personalidades ligadas a la temática convocante, el gobernador se dirigió a ubicarse frente al escenario que fue bautizado con el nombre del inmigrante paraguayo radicado en Oberá desde muy chico y se desempeñara como secretario municipal de Obras Públicas, intendente de la ciudad, ministro de Obras Públicas de la Provincia y gestor de la Fiesta del Inmigrante. Desde allí acompañó el despliegue del ballet oficial y la presentación oficial de las colectividades participantes.
Antes, desde mitad de la tarde había tenido lugar el famoso desfile inaugural, gran fiesta popular a la que asisten cientos de personas desfilando con trajes típicos y otras tantas que acompañan su paso desde las veredas, en una fiesta multicolor de hermandad y fraternidad entre los descendientes de inmigrantes que fueron poblando la zona centro desde los inicios del proceso de formación de Misiones como provincia.
En la fresca noche de jueves, Passalacqua recordó en su discurso de apertura la fría noche de la que fue la primera edición, en 1980, cuando entre cinco o seis grupos de diferentes orígenes habían decidido organizar la que hoy se transformó en “la más argentina de las fiestas y no deja de crecer”. Obereño de origen, el Gobernador se emocionó al verbalizar sus recuerdos de juventud: “Se van a acordar que era una noche de muchísimo frío, había unos latones de 200 litros con fuego, me acuerdo que lo hoy son casas de las colectividades eran unos quioscos de lata, con las paredes que se levantaban; unas guirnaldas de focos, un escenario chiquito, donde sin locutores, se subía y se tocaba”. Reconoció Passalacqua que fue un comienzo difícil, pero “hacer que perdure es dificilísimo, hacer 40 años una fiesta es extremadamente difícil” y por ello felicitó a todos los presidentes de la Federación de Colectividades que pasaron, a todos los que hicieron posible que este milagro se produjera. Aunque consideró el mandatario que atrás de todo eso “hay mucho dolor; porque todos los que estamos acá sabemos que no fue fácil partir, no fueron de vacaciones, españoles, rusos, nórdicos, etc…tenían hambre, la estaban pasando horrible y buscaban sí en la esperanza un destino nuevo, una forma de armar y rearmar su vida; dejando atrás a novios, novias, padres…trato de imaginar que fueron momentos desgarradores y aún así no vinieron con tristeza, pese a ese dolor vinieron con alegría y muchas ganas de hacer”.
“Concluyo que la Argentina es la suma de los italianos, los españoles, los nórdicos, los brasileros…eso es la argentinidad. Por eso digo que es la fiesta más linda culturalmente; la fiesta más argentina de la Patria porque nosotros resumimos la argentinidad…a quien nos estén escuchando, hasta el otro domingo vengan a la Fiesta Nacional del Inmigrante en Oberá”, dijo el emocionado obereño, gobernador de todos los misioneros.