El vicegobernador Oscar Herrera Ahuad recorrió este martes las obras del Hogar de Niños Norberto Fernando Haase en Alem. Las mismas consisten en un tinglado (terminado), pileta (en obra), y readecuación de tres casas (cambio de techos e instalación eléctrica terminados). Al mismo tiempo hizo entrega de elementos de uso cotidiano como frazadas, sábanas y almohadas y de insumos técnicos y Notebooks, que a partir de la conexión de Marandu, en pocos días, dotarán de mejor y más fácil acceso a internet a la institución.
Herrera Ahuad destacó que el trabajo de la Defensoría a lo largo de estos años se fue afianzando hasta convertirse en ejemplo de cómo debe funcionar una institución. “Es a lo que me refiero cuando pido la dinámica de un gabinete. La Defensoría se tomó atribuciones importantes por fuera de lo escrito, y esto hace muy bien a un gobierno y una sociedad”.
Explicó el mandatario que, como todos los años, “venimos a entregar un equipamiento mínimo, con una visión fundamental de apostar a la igualdad de oportunidades”. Indicó que, a partir de equipamiento informático y conectividad, los chicos y los grandes podrán acceder a la tecnología, y además sumar algo de comodidad. Advirtió sin embargo el vicegobernador que las cosas materiales se pueden comprar con dinero, “pero lo que uno no puede comprar es la voluntad de quienes tienen la responsabilidad de llevar adelante esta noble tarea, y esto debe ser reconocido. Quizás mi presencia sea no sólo para reconocer al equipo de trabajo de este Hogar que es modelo y ejemplo, sino a los de todos los hogares de la provincia que trabajan muy bien”.
Según indicó el funcionario, en los últimos años se lograron avances importantes, en base a las capitas y al cumplimiento del presupuesto en lo que hace a las trasferencias, que a veces venían atrasadas.
“Mi presencia acá, aseguró Herrera Ahuad, es el compromiso, desde el lugar que me toca a partir del 10 de diciembre, de seguir ayudando, acompañando, viniendo y aportando”. Sostuvo con firmeza que coincide en que estas instituciones deben tener una mínima planta funcional, “porque a lo largo de este tiempo, quizás por las condiciones en las que vive la sociedad, muchas veces se empuja mucho más a los chicos judicializados, algo que no debe ocurrir. Pero también depende de que quienes tienen la responsabilidad en las instituciones, no dejen todo librado a los funcionarios, sino también tomen la posta y decidan tramitar personalmente un expediente o resolver por sus propios medios, y eso nos ayuda muchísimo”..
En el Hogar, en familia
Los 33 niños alojados actualmente en el Hogar Haase viven en dos casas, en un ámbito lo más parecido posible a una familia, explicó Alicia Clark, responsable del lugar y agregó que “tratamos que la vida de los pequeños sea lo más normal posible: van a la escuela y tienen actividades extracurriculares, como clases de vóley, de fútbol y están aprendiendo canto en la Casa del Bicentenario”.
Explicó Clark que, en el marco del funcionamiento del hogar, en cada casa hay un matrimonio responsable, que cuida a los niños, y que a su vez recibe la ayuda de voluntarias que generalmente vienen por un período de 9 a 11 meses, así hoy hay dos alemanas que colaboran con las tareas de la casa y acompañan a los chicos a la escuela.
“Cuesta mantener la infraestructura del Hogar y que los chicos tengan las condiciones mínimamente necesarias para poder desarrollarse de manera integral. Por eso, hoy estamos más que contentos recibiendo computadoras, que con la conexión de Marandú permitirán que los chicos puedan tener más tiempo de uso de internet. Al haber más máquinas y una nueva conexión, van a poder dedicar más tiempo a resolver muchas tareas que traen de la escuela y quedan pendientes. Esto nos permite acomodarnos a los nuevos tiempos y sentimos que se abre una posibilidad espectacular para nuestros chicos”, sentenció Clark.