Por: Prof. Sonia Rojas Decut, diputada provincial (FR).
Las mujeres mejoran la política porque aportan una diversidad que antes no era tenida en cuenta por las organizaciones
Ni hombres ni mujeres… personas.
Se necesitan personas comprometidas, capaces y empáticas. Se necesitan mujeres y hombres transformadores que trabajen con la convicción de que las mejoras se producen en conjunto
Mujeres y hombres que luchen unidas y unidos por la equidad y la paridad.
Mujeres y hombres que con sus diferencias miren un mundo desde la igualdad.
Sin roles predeterminados, sin estereotipos de género que solo contribuyen a inclinar la cancha y dificultar la comprensión de las verdaderas causas de la lucha.
Llevamos años de batalla contra idearios culturales que nada tienen que ver con lo que somos como personas. La mujer no es más sensible y el hombre más duro, la mujer no es más empática y el hombre mejor líder. De ninguna manera, eso fue una construcción colectiva de Siglos y en la sociedad actual es ridículo e inaceptable.
Las mujeres mejoran la política porque aportan una diversidad que antes no era tenida en cuenta por las organizaciones. La política es para que las personas puedan aportar sus miradas constructivas más allá de su género.
Pareciera por momentos que la mujer debiera demostrar algo, que al hombre no se le exige. Como si tuviera que rendir examen para liderar, como si fuera una mala madre por elegir el compromiso político.
Señoras y señores, las mujeres luchamos para recuperar un poder de acción que nos sacaron sin nuestro permiso. Batallaremos en cada campo para que la igualdad sea una realidad concreta. No puede haber demoras.
Somos mujeres empoderadas que aportamos tiempo, capacidad, inteligencia y mucho esfuerzo. Al igual que los hombres.
Las personas comprometidas en política debiéramos transitar el camino de la empatía, la sensibilidad social, la capacidad de comunicar y conducir. No hay género en esto. Hay habilidades y convicciones.
Ni hombres ni mujeres… personas.
Sin mandatos. Porque el cambio de paradigma no implica que “detrás de un gran hombre hay una gran mujer”, como tampoco sería que “detrás de una gran mujer hay un gran hombre”. Lo importante es que haya un gran hombre y una gran mujer con la capacidad de liderar empáticamente.
Potenciemos cada cual para que las personas, puedan desarrollar su máximo potencial